Secciones

viernes, 29 de junio de 2007

Déjà vu

Los empresarios privados analizan la situación de Bolivia, se reúnen, conversan, debaten y sacan conclusiones. Redactan trece puntos que pareciera que el gobierno asume como una suerte de trece puñaladas dadas por la “oligarquía empresarial”

¿La respuesta? mandar al empresariado a que “trabajen ocho horas en lugar de hacer política”… ¿Dónde escuché eso antes?... ¿Dónde?... ¡Claro! Es la misma respuesta absurda que le dieron a la Iglesia Católica cuando dijo su verdad, “que se dediquen a rezar en lugar de hacer política” o a los prefectos opositores cuando les dijeron que “trabajen en lugar de hacer política”

Es, además de tonta, una respuesta ignorante. ¿Quién le ha dicho al gobierno que la gente no puede hacer política? Todos los ciudadanos tienen el derecho y el deber de hacer política. La política guarda estrecha relación con el manejo de los asuntos del Estado, y al ser este nuestro Estado, tenemos la obligación de participar en su administración al menos haciendo uso de nuestro derecho a opinar.

Y si se trata de los empresarios, sin desmerecer a otros sectores, ellos tienen un rol muy importante que jugar en esta encrucijada porque son los llamados a generar empleos y riqueza. Que hay algunos que aprovecharon de créditos estatales, por supuesto que sí. Pero también hay algunos vicepresidentes que cometieron actos terroristas, y no por eso decimos que todos los vicepresidentes sean ex-terroristas.

La lógica está funcionando a revés en nuestros días. En realidad cuando hay algunos sujetos que son “x”, entonces no se puede concluir que todos los sujetos sean “x”, puesto que los otros mas bien son “y”

Este tipo de afirmaciones son muy fáciles de lograr. Que los cocaleros se dediquen a sembrar coca en lugar de hacer política quemando prefecturas. Que el presidente se dedique a gobernar en lugar de hacer sindicalismo. Que el gobierno se dedique a administrar los asuntos del Estado en lugar de meter sus narices en la constituyente. Que el presidente se dedique a hacer cumplir las leyes en lugar de defenestrar al poder judicial. En fin, hay cientos de posibilidades.

Lamentablemente, la diferencia es que tanto la Iglesia como los empresarios como los prefectos pueden y deben verter opiniones políticas, pero ni los cocaleros ni nadie debe quemar prefecturas, el presidente tiene que dejar de ser sindicalista, el gobierno no debe meter sus narices en la constituyente y el presidente debe respetar al poder judicial.

Por supuesto que todos podemos opinar políticamente y hasta hacer política. Me pregunto ¿donde estaría Morales si alguien le hubiese obligado a plantar coca en lugar de hacer política?

Creo que ya es suficiente de tantas patrañas gubernamentales. Todos en Bolivia están haciendo política, algunos mala y otros buena. Los unos, de formas destructivas y desinstitucionalizantes, los otros a través de pronunciamientos, manifiestos y movilizaciones pacíficas. A los primeros les mandamos víveres, los felicitamos y les brindamos apoyo gubernamental, mientras que a los segundos los condenamos, descalificamos y llenamos de adjetivos. Cuando era niño había una canción que decía “vamos a ver cómo es, el reino del revés”… pues ya lo estoy viendo.

El problema es cuando los que tienen ciertas obligaciones para con el país se dedican a otras cosas. ¿Quién debe gobernar para todos y no para los que le conviene? ¿Quién debe escuchar a todos y no solo a sus allegados? ¿Quién debería fortalecer las instituciones republicanas y no destrozarlas? ¿Quién debió haber evitado que Bolivia sea un país inviable para las inversiones? ¿Quién tendría que trabajar codo a codo con el empresariado para incrementar la productividad y la competitividad en la economía, para así generar empleos? ¿Garantizar las libertades ciudadanas, la separación de poderes y el respeto a la democracia, es obligación de quien? Principalmente estas son labores del gobierno, pero como el MAS parece estar en otro tren, tenemos que encargarnos nosotros los ciudadanos. Por eso la sociedad boliviana se ha sobrepolitizado, cuando las cosas están bien, nos preocupamos poco, pero cuando las cosas andan como hasta ahora, nos preocupamos mucho. Así de simple.

martes, 26 de junio de 2007

Nota breve: Bolivia ya es un país inviable

Muchos ingenuos seguramente pensábamos que, de seguir por el camino actual, Bolivia se convertiría en un país inviable para la inversión extranjera. Lamentablemente Bolivia ya es un país inviable.

No lo digo porque quiera ser opositor de profesión. Lo digo porque una empresa de desarrollo de software de entretenimiento (no diré el nombre de la empresa ni mucho menos de la fuente porque supuestamente esta es información confidencial y perjudicaría a un amigo), tenía la intención de abrir una filial en Bolivia por su bajo costo de vida.


Hicieron los estudios pertinentes y decidieron abrir en Vietnam. No porque los alquileres en Bolivia sean altos. No por falta de profesionales bolivianos capacitados. No porque los sueldos sean altos. Sino porque el gobierno les provoca demasiadas susceptibilidades (justificadas creo yo).

¿Por qué me enteré? porque he desarrollado software de entretenimiento y existía la posibilidad de que estuviera involucrado en el proyecto.


Y les hablo de una empresa de prestigio mundial. Ya ven... andamos mal.

jueves, 21 de junio de 2007

Bolivia y las independencias

Parte del debate en Asamblea Constituyente está girando en torno a las independencias. Las alcaldías del país declaran emergencia porque su propuesta para la constituyente, que amplía el ámbito de las independencias municipales, no fue incluida en la discusión.

Después de que los bolivianos acudimos a un referendo para aprobar o no la implementación de independencias en nuestros departamentos, el gobierno, en primera instancia, nos viene con la gran mentira de que la decisión era nacional y no departamental. Posteriormente, y al ver que su argumento era una evidente triquiñuela asquerosa, nos quiere cambiar la figura de independencias departamentales por "independencias territoriales" (nada más que otra grosería gubernamental).

Le guste o no al gobierno, aunque los resultados de la Corte Nacional Electoral pongan "resultados del referendo NACIONAL", los bolivianos acudimos al evento convencidos de que la decisión era por departamentos, y que de lo que se trataba era de independencias departamentales, no comunitarias, ni territoriales, ni provinciales, ni nada por el estilo.

El viernes 15 de junio pasado, mientras el sistema de universidades fiscales de Bolivia exige que se respete su independencia universitaria, en la universidad de San Simón de Cochabamba mostramos lo que somos capaces de hacer con ella, con una revuelta por demás salvaje con decenas de heridos, causada por los estudiantes trotskistas característicamente irracionales.

El gran culpable, el Rector Franz Vargas Loayza, porque por muy independiente que sea la universidad, al no contar con fuerzas del orden propias, debió haber solicitado el ingreso de la Policía Nacional para evitar la catástrofe. Eso no hubiera sido una violación a la independencia universitaria, sino una medida para precautelar un bien constitucional mayor, la vida y la integridad humanas.

Todos quienes trabajan y asisten a San Simón, son hijos y/o padres y/o hermanos de alguien, y son conciudadanos con derechos y deberes que se deben respetar y cumplir. Fue una cuestión de suerte que solamente contemos heridos y no muertos porque, por si algunos no lo sabían, con dinamitazos, piedras y palos también se puede matar.

Que la universidad necesita reformas urgentemente, es innegable. Que hay algunos grupos de poder que las rechazan, es evidente. Pero que hay propuestas de reforma planteadas por el trotskismo, que rayan en lo absurdo, también es cierto.

Cuando la universidad debiera dar las pautas de mecanismos pacíficos, democráticos, e institucionales para la solución de divergencias, lo que hace es confirmar su incapacidad intelectual y reafirmar una vocación por la violencia que ya se ha generalizado demasiado en la sociedad boliviana.

¿El gobierno tiene la moral para recriminar a la universidad por la violencia? por supuesto que no. Los métodos belicosos son uno de los rasgos principales de los movimientos sociales del MAS, harían muy mal en mirar la paja en el ojo de la universidad sin retirar primero el troncazo que llevan ellos.

¿La reforma que requiere la universidad debe venir por la misteriosa fórmula del "control social" propuesta por algunos sectores oficialistas? tampoco, la universidad tiene la obligación moral e intelectual, dentro del marco de su independencia, de reformarse y terminar de una vez por todas con su agonía institucional.

Alguien me dirá (haciendo alusión al enfrentamiento del once de enero), que en los últimos meses la violencia como mecanismo de ajuste de discrepancias se ha convertido en una herramienta, ya no sólo de los movimientos sociales del gobierno. Precisamente ese es uno de nuestros principales problemas, el Estado ya no existe y la institucionalidad está en coma. El gobierno, llamado a complementar criterios, demandas e intereses de todos los ciudadanos, se dedica a sus propios asuntos y los de sus allegados (que antes eran parientes y ahora son movimientos sociales). Es decir, andamos muy mal.

A todo esto, acabo de darme cuenta que en lugar de autonomía he estado utilizando la palabra independencia. Un pequeño lapsus en el caso del prefecto de Cochabamba*, y un reiterado y sistemático error en mi caso. Espero que no quieran colgarme también a mí por eso… ahora que lo pienso bien, yo no soy prefecto opositor, así que dudo mucho que a alguien le importe.


*El 14 de diciembre del año 2006, además de declarar que llamaría a un nuevo referendo por las autonomías departamentales en Cochabamba, el Prefecto Manfred Reyes Villa dijo "adelante Santa Cruz con su independencia". El lapsus prefectural es descontextualizado hasta hoy por el gobierno a través de medios de comunicación como un llamamiento a la independencia de Santa Cruz.

viernes, 15 de junio de 2007

Yo también quiero ser un pirata

No otra cosa me inspiran Johnny Deep y Keira Knightley en “Piratas del Caribe III”.

No sé qué es lo que hago aquí sentado escribiendo en una PC, ni qué es lo que hace usted leyendo lo que escribo. Podríamos ser parte de trepidantes aventuras surcando los mares, viviendo leyendas, viajando a los confines del mundo, suprimiendo maldiciones, y en fin… tantas cosas más interesantes…

Ok… yo sé… y ustedes saben… que eso no es posible, pero me gusta olvidarlo en algunos momentos.

Los piratas del mundo se unen para enfrentar la modernización, la racionalización, la “civilización”, la globalización, la desaparición, la extinción, la… suficiente. El punto es que los mejores piratas lo consiguen.

Se que ya le han hecho muchas (y algunas no muy favorables) críticas a la última entrega de “Piratas del Caribe”, pero esto no pretende ser una crítica, es sólo una opinión. Me he concentrado en el rostro siempre reflejando satisfacción de todos esos piratas cada vez que alguien se comporta como tal. Me he concentrado en mi propia satisfacción cuando alguno de ellos actúa piratezcamente. He querido estar dentro de la historia para hacer algo que merezca un rostro de pirata satisfacción.

La única idea de la película que no fue tan de mi agrado es la de los montones de Jack Sparrows en el fin del mundo… qué les puedo decir, me dio la impresión de que para esa secuencia el director le prestó su silla a Stanley Kubrick. El resto me gustó demasiado.

La costumbre de las escenas y actitudes magistralmente humorísticas no podía faltar. Tampoco los efectos especiales magníficos, ni el mercadeo de personajes. Porque háganme favor, con esa reina de los piratas... ¡que me apunten en la lista de candidatos para rey! Y con ese Capitán Sparrow, si yo fuera mujer (o si me gustaran los hombres), me enlistaría en su tripulación.

Una producción concebida para entretener, soñar y reír. Perfecta para alejarse de la vida que nos hemos inventado.

martes, 12 de junio de 2007

La excluyente visión de país del MAS

El partido de gobierno ha aprobado por mayoría y minoría, utilizando una asquerosa maniobra al más puro estilo de los partidos “tradicionales”, una visión de país absolutamente excluyente.

Sólo faltó incluir en la redacción: “Bolivia, tras 500 años de colonialismo opresor y excluyente…” Sabemos que la mayoría de los asambleístas no tienen ni idea de constitucionalismo, pero un poco de asesoramiento no les hubiese venido mal.

Observando el informe por mayoría, ser un país “plurinacional” por ejemplo, ya se ha dicho que deja abiertas las puertas para el surgimiento de “nacionalismos” que pueden causar la fragmentación de Bolivia. Tampoco sé a qué comunidad me tendré que afiliar para pertenecer al nuevo Estado “comunitario” que nos están imponiendo a todos.

Lo de las “autonomías territoriales” ya es la confirmación de que debemos despedirnos de las autonomías departamentales. Yo no se que tanta más esperanza tiene Santa Cruz y, peor aún, de donde cuernos la saca, porque el gobierno cada día va demostrando que lo de gobernar para todos era sólo un discurso para cautivar el voto de las clases medias. Señores de Santa Cruz, de una vez entérense de que el presidente no está pensando en nosotros, al menos no favorablemente.

¿ …sustentada en los valores de unidad, solidaridad, reciprocidad, complementariedad, armonía, equilibrio, equidad social y de género en la participación, distribución de los productos y bienes sociales para "vivir bien" ?
Que alguien me avise cuando y donde empieza la repartija de los productos y las participaciones ¿accionarias en las empresas?

De aprobarse esta visión de país vamos a tener que pedirle a la asamblea constituyente que nos redacte una ley interpretatoria de de toda esta palabrería para saber exactamente a que demonios nos tenemos que atener.

Lo cierto es que los mestizos como yo, que llevamos sangre india en las venas y somos la mayoría (inefable desgracia que el censo de población no contemplara ‘mestizo’ entre sus opciones), no formamos parte ni de una nación indígena, ni de una comunidad campesina ni nada por el estilo. Realmente no logro encontrarme en la visión de país del MAS.

El informe por minoría (que también es del MAS) es mucho más confuso. “Bolivia se constituye en una comunidad de naciones organizada por todos y para bien de todos.” Con esto ¿tendremos que interpretar que lo de “Plurinacional Comunitario” del informe por mayoría significa que somos una “comunidad de naciones” ? En donde (para variar) no logro encontrar mi posición, pues hasta hace unos meses yo creía que era parte de la nación boliviana, pero aparentemente ésta no existe, y lo que existe es un grupículo de naciones dispersas en un territorio más o menos común.

Lo que sigue del informe por minoría es una barbaridad, o una bellacada como dirían los cruceños. Se parece a un manifiesto de nuestra intención de no “copiar” o “calcar” modelos de Estado extranjeros y mantener nuestra propia “personalidad” para “insertarnos en el contexto internacional”

El espacio no alcanza para mostrar la visión de país que presentaron los opositores, reconociendo, expresando y respetando nuestras obvias diferencias, pero en un texto mucho más coherente y rico. Una verdadera visión de país.

Si esta es la primera muestra de lo que se va a conseguir en la Asamblea Constituyente vamos a tener que preparar los antidepresivos.

Evo Morales y el MAS definitivamente no han sido capaces de asumir la responsabilidad de lo que significa gobernar un país y ser hombres de Estado. El MAS sigue siendo una confederación de movimientos sociales, y Evo Morales su presidente.

Si se ha vuelto una utopía conformar un Estado nacional sin excluidos ni explotados. Si es inútil intentar rearticularnos y reencontrarnos cómo sociedad. Si es imposible mirarnos a las caras como hermanos, sin rencores ni desconfianzas… ¿Será posible reconsiderar nuestra viabilidad como país?

domingo, 10 de junio de 2007

Popper y el racionalismo liberal

La duda.

Debo confesar que cuando empecé a leer “La sociedad abierta y sus enemigos”, me invadió un temor. El temor a quedar decepcionado.

Sabía que inicialmente el liberalismo francés promovía valores por demás humanitarios. Que una sociedad, harta del sometimiento a un poder absoluto y devastador que nunca logró abrir los ojos a la miseria y las desgracias de su pueblo, tenía razones suficientes para revelarse.

Entendí la lógica de los equilibrios, la dispersión del poder, la soberanía popular, la libertad, y la igualdad de oportunidades de los pensadores de la ilustración.

Leí a Karl Marx en su riguroso análisis de las tendencias del capitalismo sin trabas, y entendí la urgencia en sus escritos. La urgencia por detener y luchar contra las barbaridades que había acarreado la revolución industrial inglesa para los trabajadores.

En ese punto, estaba absolutamente convencido de que los valores de la Francia revolucionaria, eran el camino correcto y lo que todo ser humano ambiciona.

Estaba seguro, también, de que Marx había logrado un excepcional análisis de la situación del capitalismo de su época y que, en algunos casos, se podría aplicar a algunas situaciones actuales. Pero también estaba convencido de que el socialismo era tan útil para describir la situación económica de entonces como tan inútil para proponer solución alguna (además de unas cuantas ideas dispersas y con un evidente tufillo totalitario).

El dilema era si los pensadores neoliberales habían logrado mantener la libertad como principio fundamental del liberalismo y a la vez, a través de una crítica de la historia, ser concientes de las penurias causadas por el exceso de libertad de los industriales ingleses, que había echado por la borda a la igualdad y la fraternidad de Francia.

Temía que Popper pudiera defender las libertades pero atacar todo intento de proteger a los débiles, toda iniciativa de lograr mayor equidad, y toda tentativa de conseguir que las personas vivan en fraternidad.

Lo enemigos de la sociedad abierta.

Afortunadamente el racionalismo de Popper no me defraudó. Sus ataques apuntaron específicamente a donde es necesario atacar.

Al historicismo principalmente, por ser una corriente de pensamiento que le arrebata a las personas las más mínimas posibilidades de forjar sus presentes y futuros. Que intenta extraer de la historia leyes generales que determinan los destinos de las sociedades y del mundo.

Es así que, igual que la teoría del pueblo elegido, la teoría marxista nos habla de una clase social elegida para gobernar el Estado de manera justa. Y sin importar lo que una sociedad o sus gobernantes hagan, las leyes supremas económicas, a través de las contradicciones del capitalismo, nos traerán una revolución social que cambiará la historia del hombre.

De la misma forma Platón nos habla de una clase elegida (los filósofos) para el gobierno de su totalitaria República.

Coincido con Popper en que esto no es más que chapucería barata, pues creo firmemente que dentro de una sociedad existen poderes capaces de controlar a la economía en distintas magnitudes. El ser humano sí es capaz de modificar el curso de la historia y forjar su propio futuro, y ese es en gran parte el rol de las instituciones creadas por los estados liberales.

Hace un análisis del origen del historicismo desde Heráclito, pasando por Platón y Hegel, hasta Karl Marx. Postula la teoría de que las ideas de estos pensadores historicistas son fruto del golpe que causa la transición de la sociedad tribal (cerrada) a la sociedad moderna (abierta), y que les impulsa a buscar, de alguna manera, el regreso a aquellos tiempos.

También ataca al irracionalismo y propone que, en gran medida, el método científico que se aplica a las ciencias exactas (como la física), y que ha conseguido grandes progresos, también puede contribuir en los avances de las ciencias sociales. El método de la observación-teorización-experimentación, es útil y logra más resultados que el idealismo.

En uno de sus capítulos deja muy claro que el liberalismo no admite las libertades ilimitadas (ni siquiera las económicas), puesto que la paradoja de la libertad es que cuando es ilimitada se elimina a sí misma. Por lo tanto, así como el estado protege a los físicamente más débiles de los físicamente más fuertes, debe hacer lo mismo con los económicamente más débiles.

El colectivismo (que niega la individualidad), es otro de los blancos de Popper, pues pretendería eliminar la posibilidad de cada ciudadano de escoger de entre sus opciones de vida la que mejor le parezca, y pondría los valores, creencias y opciones del colectivo por encima de los suyos.

No se debe confundir, sin embargo, individualismo con egoísmo. Pues existe el individualismo solidario y también el colectivismo egoísta. Este es un error muy común que debe ser aclarado, individualismo significa ejercicio de libertades individuales en la mayor cantidad de esferas posibles, y siempre y cuando no impliquen la transgresión de las libertades individuales de otros.

Las responsabilidades que recaen sobre nosotros, dentro de una sociedad abierta, son inmensas. El Estado solamente se encarga de garantizar las condiciones ideales para que podamos ejercer nuestra ciudadanía y nuestras libertades. Igualdad de oportunidades, igualdad ante la ley, pero el peso de decidir cual será nuestro destino.

Una lectura muy clarificadora respecto del pensamiento liberal, especialmente ahora que se lo ha satanizado tanto, y mucho más en América Latina.
Autor del libro: Karl R. Popper

martes, 5 de junio de 2007

Para Orlando Mercado Camacho

Cuando alguien se va, tres de las cosas que más duelen son: lo que perdiste con él, lo que no conociste de él, y lo que ya no podrás hacer con él.


Con tu partida, Orlando, perdimos a un gran docente, un profesional siempre preocupado por llegar más allá de los límites de sus obligaciones académicas, eternamente pensando en lo que debíamos hacer, leer, escribir y organizar. Tratando constantemente de proyectarnos hacia la sociedad, conminándonos a conseguir que la gente sepa cuán importante es la ciencia política para analizar y proponer soluciones a los problemas que vivimos en Bolivia.


Siempre dijiste que Bolivia era un gran laboratorio politológico, en donde podríamos y debíamos hacer nuestras prácticas. Que las cuatro paredes de un aula no eran suficientes para llegar a ser sobresaliente. Que la Universidad debía abandonar su aislamiento y retomar la huella de las propuestas y las soluciones científicas.


Siempre con la anécdota precisa, las tendencias actuales pertinentes, y los choques y grandes debates contemporáneos. Nunca dejaste de alertarnos sobre los peligros de quedar rezagados respecto de los avances del conocimiento.


Pero sería injusto decir que solamente perdimos al catedrático, porque por sobre todas las cosas fuiste un gran amigo, siempre respetuoso, inteligente, y listo a ayudar en lo que pudieses.


Cuando debías enojarte nacían temibles ataques de ira, pero no de ira irracional, era una furia que, con la debida serenidad, y sobre todo, con los correctos argumentos, se podía aplacar en ese mismo instante. Te enojabas como lo hubieras hecho con tus hijos, por la impotencia y la angustia de vernos estáticos mientras el mundo corre tratando de dejarnos atrás.


¿Reír? por supuesto que reímos juntos, de los absurdos de la política, de las filosofías desveladas, de las cosas cotidianas de las que siempre se suele disfrutar, de las personas que ingenuamente pensaban que podrían detener el progreso.


Nos quedamos sin tus opiniones y análisis de ésta columna. Sin tus ideas equilibradas, tu búsqueda de objetividad, tu afán de racionalidad. La crítica constructiva que pretendía encender al menos una pequeña luz entre tanta y tan densa oscuridad.


Por esas cosas de la vida, porque siempre olvidamos que no somos eternos y que en cualquier momento nos vamos, no conocimos cuáles eran tus otros motores, esos que te impulsaban a ser tan grande, los sueños que desfilaban por tu mente deslumbrante, las fuerzas que alimentaban tu alma pujante.


Nunca supimos lo que te hacía ser un espíritu y no un fantasma, porque un fantasma vaga sin descanso y sin consuelo, pero un espíritu inspira. Un espíritu te arranca de los pantanos del conformismo y la mediocridad, te muestra el mundo con todos sus colores, potencialidades y oportunidades, y te incita a ser parte de él.


Ya no podremos organizar juntos el congreso nacional de Ciencia Política, ya no podremos viajar para interactuar con la sociedad, nunca más te leeremos en tu columna, ya no serás nuestro director de carrera. Porque Ciencia Política bajo tu dirección, habría sido una gran historia, porque sabemos cuánto nos amabas y cuánto amabas a nuestra carrera, porque sabemos cuán grande querías que sea.


Todos tus amigos, y nosotros tus estudiantes y colegas de la carrera de Ciencia Política de la UMSS, queremos que se sepa que se apagó una luz, que iluminó las vidas nuestras, y que intentó iluminar el camino de la sociedad.


Que esa luz ahora brille en los cielos, que continúe alumbrando nuestros senderos desolados, y que nos ayude a encontrar ese mejor futuro extraviado.


Por tus consejos y tu experiencia, por tus ideas y conocimientos, por tus sonrisas y tus enojos, por lo que siempre quisiste para nosotros, por haber sido tú y haberte cruzado en nuestros caminos, gracias querido "Maqui".