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martes, 21 de diciembre de 2010

Estados Unidos y China

A raíz de las revelaciones de WikiLeaks se pretende “demostrar” que Estados Unidos realmente conspira contra los nobles autócratas del mundo a través, no de la orquestación de golpes de Estado, sino de la solicitud de informes a sus diplomáticos respecto del carácter o la salud mental de líderes y gobernantes, o de la petición de ayuda a ciertos presidentes para mejorar las relaciones diplomáticas con otros gobiernos.

Digo que se pretende, porque ello en realidad no demuestra nada, pues la recopilación de información, a través de medios lícitos, en los lugares en que las legaciones diplomáticas cumplen representación, es una función contemplada dentro del derecho consular y diplomático.

Los representantes de Estados Unidos, en cualquier país del mundo, tienen toda la libertad de conversar y hacer preguntas a quienquiera, ya sean líderes políticos oficialistas u opositores, así como a cualquier ciudadano del país en el que tengan una legación diplomática. De la misma forma, las representaciones diplomáticas bolivianas tienen todo el derecho y la libertad de hacer preguntas, averiguaciones y conversar, con todo líder, dirigente y autoridad en los países en que tiene representación. No por ello se puede decir que quien lo haga estará incurriendo en una acción de espionaje, conspiración o injerencia.

En realidad, todo lo hasta ahora revelado por WikiLeaks, sobre las actividades diplomáticas de los Estados Unidos de América, demuestra que aquel sinnúmero de denuncias y teorías de conspiraciones contra países en Latinoamérica, Medio Oriente u otros, no son más que vociferantes mentiras inventadas por los gobernantes menos democráticos del planeta, algunos ya convertidos en autócratas, tiranos y hasta dictadores.

El comportamiento de China, sin embargo, con motivo de la entrega del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, el disidente que se ganó once años de prisión por pedir el fin de la hegemonía del Partido Comunista Chino, y por exigir libertad y pluralismo a sus totalitarios gobernantes, es de franca presión.

De acuerdo a una nota de Los Tiempos, del día de ayer “China y otras 18 naciones no asistirán a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, en homenaje al disidente chino, Liu Xiaobo, dijeron los organizadores en un anuncio que sigue a una campaña desatada por China para persuadir a los diplomáticos que no asistan.”

Entre los países que han anunciado su ausencia a este evento están Rusia, Pakistán, Serbia, Irán, Venezuela, Cuba, Arabia Saudí, Kazajstán, Ucrania, Colombia y Egipto. La inasistencia de varios de esto países, como Venezuela, Cuba o Irán, se explica porque sus gobiernos tampoco guardan ningún aprecio por la libertad, la propiedad y la tolerancia.

La ausencia de Rusia y Colombia, sin embargo, si asumimos que es ajena a alguna afinidad con el régimen chino, y a no ser que se trate de imponderables propios de estos países, podría especularse que se debe a presiones comerciales del Gobierno chino, que ya se ha convertido en un importantísimo actor dentro del orden económico mundial.

Se debe decir que la actitud del régimen chino en este caso es de flagrante cinismo y desfachatez en torno a la libertad, la tolerancia y el pluralismo, pues mientras el mundo no hace ni dice nada, de los 140 activistas chinos invitados por la esposa de Liu, sólo uno ha confirmado su asistencia a la ceremonia de entrega de premios en la capital noruega, mientras que los otros son víctimas de sus dictadores, que les han impedido que salgan de China, o les han sometido a una intensa campaña de seguridad contra los disidentes.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Los encantadores de serpientes

El ex presidente de facto de Cuba, Fidel Castro, utilizó estos términos para referirse al Presidente de Estados Unidos de América, Barak Obama.

El octogenario mandamás de Cuba tiene toda la razón cuando habla de la existencia de encantadores de serpientes, pero no creo que Obama sea uno de ellos. El mismo Castro es un habilísimo encantador de serpientes que ha conseguido mantenerse autoritariamente en el poder por cincuenta años, porque, no se puede negar que se requiere de una extrema habilidad política para suprimir la libertad de los individuos haciendo que parezca algo bueno y beneficiosos para ellos.

La destreza de conseguir que la culpa del fracaso económico y la miseria, causadas por sus delirantes ideas marxistas, siempre sean atribuidas a otros, más nunca a él, es otra cualidad de este caribeño encantador de serpientes.

Uno que le sigue los pasos es el Presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma. Este otro encantador de serpientes también tiene grandes habilidades. El proceso boliviano es un intento de aplicación mejorada y adaptada a los nuevos tiempos, del cubano.

No podía esperarse que en Bolivia se instaurara el fracaso socialista por vía revolucionaria, así que se optó por utilizar la democracia para infiltrarse en el poder estatal y comenzar el desmontaje de todo aquello que protegía a las personas de la posibilidad de que alguien se hiciera con el poder total y les fuera eliminando la libertad y los derechos.

El proceso está tan bien logrado que no sólo oculta sus verdaderos fines ante la población boliviana que aún mira extasiada a su redentor Morales, sino que hasta despierta admiración y aplausos en foros internacionales.

Cada paso ha sido cuidadosamente planificado y anunciado en el momento preciso, cada etapa se ha venido ejecutando con tan sólo pequeños contratiempos, frente a una ciudadanía ingenua y una oposición inepta, que no han logrado descubrir y comprender los principios supremos que no sólo se están perdiendo, sino que servirían como armas de combate contra el totalitarismo.

Evo Morales es, a estas alturas, un tirano simpático cuyas acciones contra la libertad individual, el pluralismo, la propiedad y la justicia, son sistemáticamente maquilladas con una capa de causas nobles.

La lucha contra la discriminación ha servido para restringir el libre pensamiento y la libre opinión; la lucha contra la corrupción se ha utilizado para eliminar la libre acción política; la lucha contra la escasez se ha usado para eliminar la libre acción económica; el fomento al deporte se quiere utilizar para elevar los precios de los productos cuyo consumo es considerado perjudicial por el Gobierno; la supuesta recuperación y revalorización de unas culturas ancestrales que no habían descubierto ni la escritura, se aplica para discriminar políticamente y para interferir en la educación libre.

Y el antiimperialismo, ese con el que también simpatizan muchos políticos de oposición, se está utilizando para asociar a Bolivia con países que igualmente suprimen o han suprimido los derechos y libertades de las personas, y hasta con países a donde los crímenes contra los individuos, y especialmente contra las mujeres, son parte del comportamiento alentado y corrientemente practicado por el Estado.

Encantadores de serpientes son aquellos que han conseguido manipular los sentimientos y emociones de la gente, al punto de que sus mentiras son escuchadas como verdades, mientras las cadenas de la servidumbre se reparten de manera masiva entre los ciudadanos, que han decidido ponérselas ellos mismos.

Qué hermoso es hablar en nombre de otros

Por: H.C.F. Mansilla

Con envidia y un dejo de melancolía confieso que admiro el aplomo, la jactancia y la soltura con que numerosos intelectuales urbanos componen teorías sobre el "autogobierno indígena", la "insurgencia plebeya", la "democracia del ayllu" y otras lindezas que son indiferentes a las "masas campesinas". Pero esto no es lo importante. Mucho más grave es la amplia labor de justificación de prácticas antidemocráticas que realizan estos pensadores en vista de la posible convocatoria a una Asamblea Constituyente, proponiendo que a nivel nacional se establezca una repartición de votos según sectores étnicos y que en las zonas rurales la elección de los diputados a esta Asamblea se haga según los presuntos usos y costumbres de las comunidades campesinas.

La introducción de elementos étnicos en cuestiones electorales sería un retroceso hasta épocas premodernas, irracionales y antidemocráticas. La historia universal está llena de los terribles ejemplos que significaron regímenes basados en criterios racistas. Bajo el manto de la protección y el fomento de las culturas aborígenes se quiere consolidar modelos autoritarios de estructuración social, donde los líderes serían (o seguirían siendo) los intelectuales urbanos y los caudillos tradicionales. Es decir: los que siempre han hablado en nombre de los pobres y explotados. Y los que siempre han perseguido sus objetivos particulares e individuales mientras decían representar los intereses de las clases subalternas.

No debemos, por lo tanto, renunciar alegremente a las conquistas de la tradición democrática: el fundamento de cualquier sociedad son los sujetos racionales, que de manera consciente, sopesando los discursos y los avatares en cada elección, ejercen sus derechos básicos y saben cumplir sus obligaciones con respecto a terceros que tienen iguales derechos. No debemos echar por la borda el voto universal, secreto y libre, que conlleva una preferencia estrictamente personal, en favor de sospechosas votaciones públicas bajo coacción colectiva y sin protección para las minorías, como es la elección según usos y costumbres en las comunidades rurales que han permanecido intocadas por el progreso histórico.

En las juntas vecinales de El Alto, en los sindicatos urbanos y rurales de la mitad occidental del país, en los llamados movimientos sociales de carácter popular, en gremios de estudiantes universitarios y también en los comités cívicos del oriente predominan dirigencias cuya legitimidad democrática es dudosa. Y sus prácticas cotidianas al mando de esas organizaciones no constituyen un dechado de virtudes racionales y modernas. Se trata de un fenómeno muy generalizado. En gran parte de organismos bolivianos, que tienen una directiva elegida por las "bases", se consolida un liderazgo compuesto por factores muy convencionales: por un lado, astucia, retórica, manipulación desde arriba, y por otro, ingenuidad, ignorancia, fascinación por jefes carismáticos.

Es la realidad diaria de una cultura autoritaria, que no es percibida como tal por las masas, y que los dirigentes saben utilizar hábilmente para manejar a esas bases. Digo hábilmente porque los caudillos, grandes y pequeños, no infringen abiertamente los estatutos, no siguen pautas inesperadas de comportamiento -que pudieran causar sorpresa o rechazo- y, en el fondo, expresan lo que las masas quieren escuchar. La Bolivia profunda muestra así su carga de rutinas irracionales. En el seno de los partidos que representan indudablemente a extensos sectores campesinos, se reproducen las prácticas más lamentables del caudillismo, el prebendalismo y la búsqueda de las ventajas personales. En El Alto algunas juntas vecinales y ciertos movimientos sociales obligan a sus afiliados a concurrir a marchas, bloqueos y asambleas, bajo pena de cobrar multas pecuniarias o de coerciones aun peores. En las asambleas sindicales y universitarias se imponen aquellos oradores que hacen gala de ideas radicales y revolucionarias, aunque ellos mismos se preocupan sólo por su carrera y bolsillo. Y en el oriente dilatadas masas se dejan seducir por consignas autonomistas, cuando las reducidas élites de estos movimientos cívicos tienen paralelamente otras metas: la obtención de espacios de poder y dinero para fines particulares.

Críticas similares surgieron en torno a las recientes elecciones en Irak para una Asamblea Constituyente: no habría que imponer el voto universal, libre y secreto (un típico factor del deplorable individualismo occidental) a una sociedad conformada de modo diferente, en la cual las comunidades de base designan a sus jefes y representantes siguiendo costumbres y tradiciones que nos son extrañas. Y precisamente porque no las comprendemos, no debemos censurarlas y considerarlas antidemocráticas. Como dijo Mario Vargas Llosa refiriéndose explícitamente a las elecciones iraquíes, esta actitud, que a primera vista parece tolerante con otras culturas y progresista en el plano político, es una sutil artimaña para dejar las cosas como están, es decir para consolidar las estructuras convencionales de poder. Los que han hablado en nombre de las "mayorías" nacionales, pueden seguir haciéndolo tranquilamente, pues ahora tienen el aval de muchos intelectuales de todo el mundo, quienes, bajo la excusa del respeto a lo Otro, quieren evitar que los pueblos del Tercer Mundo accedan a la democracia y a la modernidad.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Yo ya tengo mi papá

Y no necesito otro. Para ser exacto, al ser creyente, considero que tengo dos papás: el celestial, que me hizo absolutamente libre, por lo que no admito que ningún mortal que quite esa libertad; y el terrenal, un buen hombre y honrado coronel de ejército que puso sus reglas cuando era yo menor de edad, y que me dio mi libertad al madurar.

Pero ahora resulta que unos burócratas metiches me obligan a aportar mi dinero para construir campos deportivos y promover el deporte. ¿Me preguntaron si me interesa invertir en esas cosas?, claro que no. Como de costumbre, el Estado está ahí para vulnerar los derechos y la libertad de la gente, definiendo arbitrariamente lo que es bueno y lo que es malo para uno, y robándonos el dinero que con tanto esfuerzo logramos ganar.

Me refiero al proyecto de Ley presentado por Evo Morales el día lunes, por el que se va a elevar el impuesto a los cigarrillos y bebidas alcohólicas para destinar esos recursos a la promoción del deporte.

"A veces nos sentimos huérfanos económicamente para apoyar a los atletas, a los deportistas, pero también para campos deportivos, además de hacer eventos deportivos" ha dicho Morales. Pero no entiendo de qué orfandad hablan, si tienen a su disposición el dinero de los hidrocarburos, de las telecomunicaciones, fundiciones, refinerías, electricidad, etc. por lo que no hay por qué exprimir más al ciudadano trabajador, robándole el dinero de su esfuerzo con más impuestos.

“A la juventud se aleja de la perversión mediante el deporte" también ha dicho el Presidente. Eso debería decirle a su amigo Maradona, que aunque muy campeón del fútbol, no pudo alejarse de la “perversión” del consumo de drogas. También hay por ahí algunos presidentes, que aprovechan el fútbol para propinarles rodillazos en los genitales a los adversarios que les hacen enojar. Eso me parece una perversión.

El caso es que yo no necesito un papá Estado que me obligue a aportar dinero para una actividad que me parece absurda. Porque el fútbol me parece absurdo, no me gusta, y creo que tengo el derecho a ser consultado si es que se pretende que yo aporte para semejante ridiculez. Soy fumador, y tampoco me interesa tener un papá Estado que me diga si eso me hace daño o no, ni que pretenda disuadirme de hacerlo a través de la elevación de los impuestos. Ese es mi problema, mi libertad de elegir y decidir.

Algún día los ciudadanos se darán cuenta de que los impuestos no son más que un robo disfrazado de patriotismo. Son lo equivalente a quitarle a un individuo su billetera, sacarle su dinero, y destinarlo a una “buena causa”. Sigue siendo un robo ¿Quién dice que no hay ladrones que invierten sabiamente y en causas nobles el resultado de sus fechorías? Y no por eso vamos a justificar los asaltos.

Aunque ciertos vicepresidentes que participaron en asaltos a ciertas remesas de la U.M.S.S., también usaron el justificativo tonto de que el dinero era requerido para la “buena causa” de la revolución. Sigo creyendo que el robo es robo, sin importar las nobles causas que se esgriman en su favor, y sin interesar si quien lo comete es un ladrón de la calle o un burócrata del Estado.

La eliminación de los impuestos es una forma de ser libres, y una de las mejores para combatir la inflación, pues lo sueldos no se ven reducidos cuando el Estado viene a cobrar su tajada mal habida, y los productos bajan de precio porque ya no pagan impuestos ni aranceles a la importación. Los impuestos son un robo y son señales de servidumbre, porque el Estado nos obliga a trabajar para él.

Seguridad jurídica

El jueves de la semana pasada asistí a la presentación del resultado del proyecto de saneamiento legislativo, financiado e impulsado por el invaluable apoyo del programa CONCED de la GTZ, que es la cooperación alemana, a iniciativa de la Vicepresidencia del Estado.

Se trata de un disco compacto con el conjunto de leyes sancionadas y promulgadas en Bolivia, y ordenadas sistemáticamente. Algunas de las cosas más interesantes de este trabajo, son que deja en claro cuáles leyes aún están en vigencia, esclareciendo y precisando qué artículos o normas completas han sido derogadas o abrogadas implícita o explícitamente, de tal forma que establece cuáles son los efectos concretos de la clásica disposición transitoria de “quedan derogadas y abrogadas todas las normas que contradigan la presente Ley”; por otro lado, también contiene una interesante matriz comparativa entre las distintas leyes y la Constitución, que expone en que magnitudes son compatibles, poco compatibles o incompatibles entre sí, explicando por qué y mostrando posibles vías para solucionar incompatibilidades.

No puedo hacer más que felicitar y agradecer a la GTZ por el trabajo realizado, y también a la Vicepresidencia, pues aunque este problema no era el único escollo para lograr seguridad jurídica, indudablemente conocer con precisión cuáles o qué partes de las leyes están vigentes, es un componente importante de ella.

Debo decir, sin embargo, que continúo preocupado por otros componentes esenciales para que exista verdadera seguridad jurídica. Me refiero a la claridad de las normas, y a la fortaleza del Estado.

Y es que no sirve de nada que conozcamos con precisión cuáles son las leyes que están en vigencia, mientras tengamos algunas tan absurdas como la Ley Contra el Racismo, que propicia peligrosísimos márgenes de interpretación para que los burócratas del gobierno se dediquen a controlar y censurar el pensamiento y la opinión. Será inútil conocer cuáles son las leyes que están vigentes, si de todos modos no sabemos cómo diablos se irán a interpretar. Esto es los mismo que no saber nada, pues la libre interpretación es sinónimo de libre capricho del burócrata, lo que, a la vez, es equivalente a tener normas que legalizan nuestro sometimiento a dichos caprichos.

Por otro lado, la fortaleza del Estado, que no es más que su capacidad de hacer cumplir la ley, es necesaria para que esas normas efectivamente se cumplan. De nada sirve que la Constitución diga en su artículo 18 que “la máxima sanción penal será de treinta años de privación de libertad, sin derecho a indulto.” si cotidianamente se perpetran asesinatos comunitarios, sin que el Estado asuma ningún control. Tampoco sirve de nada que el artículo 21 nos brinde el derecho “A expresar y difundir libremente pensamientos u opiniones por cualquier medio de comunicación, de forma oral, escrita o visual, individual o colectiva.” O que el 106 diga que “El Estado garantiza a las bolivianas y los bolivianos el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de información, a la rectificación y a la réplica, y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio de difusión, sin censura previa.” si el mismo Gobierno aprueba una Ley que elimina esta libertad y establece la censura previa.

Finalmente, la protección para los individuos frente a leyes injustas y coartadoras de derechos, así como una estructura normativa que limite el poder del Gobierno, también es parte de la seguridad jurídica. Por lo que aún hay mucho trabajo pendiente.

martes, 26 de octubre de 2010

Periodismo “sucio”

Aún en una situación en que existieran algunos medios de comunicación que expresen la posición de grupos particulares -como es el caso de los medios estatales que evidentemente son portaestandartes de la voz del oficialismo- no habría razón suficiente para restringir la libre expresión.

El Presidente ha dicho alguna vez que existirían “periodistas sucios”. Él debe saber muy bien eso, pues es bien conocido que cuando era dirigente en el Chapare organizaba reuniones con muchos periodistas, a los que trataba muy bien, y quienes se encargaron de que el hoy Presidente de Bolivia reciba más cámara y micrófono del que probablemente hubiera tenido en condiciones normales. Muchos de esos periodistas han ocupado y ocupan posiciones en su Gobierno.

De todos modos, a pesar de que está demostrado que la libre expresión no necesariamente garantiza neutralidad, la necesitamos para preservar la libertad. Libertad para ser neutrales, o para defender posiciones y criterios que creemos positivos, mejores o convenientes.

Pero utilicemos las palabras del Presidente, y califiquemos de “sucio” al periodismo que miente y manipula la verdad, para abordar el siguiente razonamiento:

Ciertamente que nadie quiere recibir “suciedad” en lugar de información, ni “suciedad” en lugar de razonamiento y argumentos válidos. Nosotros, como seres humanos amantes de la honestidad, y como buenos ciudadanos, quisiéramos que nuestros compatriotas reciban solamente verdad, y protegerles de toda “suciedad”.

Pero ¿cómo saber si lo que nosotros consideramos verdad no es en realidad “suciedad”?. Aún si yo estuviese convencido de que tengo en mis manos las verdades más profundas de la historia y la humanidad ¿sería, por ello, legítimo que se me permitiera eliminar todo tipo de opinión diferente, con el fin de preservarla, y de conseguir que la gente solamente reciba verdad?, ¿y qué sucedería si después de muchos años de difundir verdad, descubrimos todos que aquello que creíamos cierto, no era más que la completa y la más grande “suciedad”?, ¿Qué haríamos con todas las ideas y opiniones, todas las voces silenciadas, que potencialmente podrían haber sido las verdaderas verdades?

Tratar de determinar qué es “suciedad” y qué verdad es creer que somos Dios y jugar a serlo. Por mi absurdamente dogmático convencimiento de que lo que tengo en mi cabeza es la verdad, puedo condenar a toda una sociedad a vivir de la “suciedad” durante muchos años. ¿Acaso los seres humanos no tenemos similares capacidades para distinguir la verdad de la “suciedad”?, ¿quiénes nos creemos que somos para decidir, por toda y para toda una colectividad, lo que debe conocer y lo que no?

La verdad no necesita de censores para prevalecer, se vale por sí misma para ello y siempre ha sido así. En realidad, todos los regímenes de la historia que han diseñado mecanismos para garantizar la preeminencia de su verdad, lo único que han conseguido ha sido llenar de “suciedad” las mentes de las personas.

Dejemos libre el derecho de la gente a expresarse libremente, y permitamos al periodismo trabajar con seguridad y tranquilidad, sin que unas leyes lo intimiden y le obliguen a autocensurarse, y veremos que en muy poco tiempo, menos del que esperamos, descubriremos cuál es el periodismo “sucio”.

Pero si nos quedamos sin opciones, si el único mensaje que recibimos es el oficial, podríamos estar condenándonos a vivir con la “suciedad” ocupando el lugar de la verdad.

sábado, 23 de octubre de 2010

Hacia una era de puritanismo “iluminista”

Subeditorial de Los Tiempos, 23 de octubre de 2010

Una serie de noticias han dado durante los últimos días más indicios de lo que en términos concretos significa el componente “cultural” de la “revolución democrática y cultural” en curso.

Una de ellas es la relativa a la visita que hizo ministra de Culturas, Zulma Yugar, a la República Islámica de Irán. Allá fue invitada por el ministro de Cultura y Guía Islámica, Seyyed Mohamamad Hoseini, “con miras a firmar convenios de intercambio cultural” y así marcar un nuevo hito en el proceso de “integración cultural” iniciado hace ya casi cinco años.

Pocos días después, en lo que según el Vicepresidente fue sólo una “iniciativa personal”, uno de los más influyentes dirigentes del partido oficialista, el senador Isaac Ávalos, informó que está ya muy avanzada la elaboración de una ley para “eliminar las telenovelas y los anuncios publicitarios sensuales” y “para limitar que las hermosas chicas que tenemos muestren todo en las propagandas y en los shows”.

Que tal anuncio haya coincidido con otro sobre la intención de vetar la lectura libre de ciertos libros mientras algunos “agentes del cambio” hablan de la necesidad de “normar” la difusión en el exterior de películas que “hacen quedar mal” a la cultura de nuestro país tiene todo el aspecto de algo más que una casualidad.

Y son tantos los motivos que dan pie a tal sospecha que las palabras del Vicepresidente no son suficientes para despejarla. Mucho menos si lo hace anunciando la inauguración de un tiempo de “iluminismo”, término que no puede dejar de recordar que su seudónimo es “Qhananchiri”, que en aymara significa “el que ilumina”.

Comentario de Lizandro Coca Olmos: Seguramente ponerse a atar cabos y concluir que ese acercamiento "cultural" con Irán, la prohibición de imágenes sensuales que se proyecta para los medios, y el retiro de libros que el Estado presuma "negativos" de la currícula escolar, podrían ser para Bolivia el inicio de un camino hacia el conservadurismo y puritanismo anti-libertarios es demasiado. Seguramente tendremos que creerle a García Linera, y pensar que todas estas políticas nos conducen, más bien, a una era de "iluminismo".

viernes, 22 de octubre de 2010

El fallido estreno de la mordaza

Subeditorial de Los Tiempos, 20 de octubre de 2010

Tarde o temprano tenía que estrenarse la flamante ley 45. Y como era de suponer, lo hace a través de es una acusación contra un medio de comunicación. El diario orureño La Patria, el segundo diario más antiguo de nuestro país, es el que tiene el privilegio de ser el primer acusado y el Honorable Concejo Municipal de Oruro la vergüenza de ser el primer acusador.

El caso es muy simple. El pasado martes, una concejala del Movimiento Sin Miedo (MSM) informó que el órgano deliberante orureño decidió iniciar un proceso en contra del rotativo por publicar “información discriminatoria” que “mella la dignidad” de algunos concejales del municipio.

A falta de una, son dos las causales del proceso. La primera, que el diario orureño empleó la palabra “concejil” en vez de “concejal” para referirse a algo relativo al Honorable Concejo. El término “concejil”, según el buen saber y entender de la concejil orureña, conlleva una carga despectiva y discriminatoria. Pero como si eso fuera poco, el diario agravó su falta al calificar como “bochornosa” una sesión de tan ilustre órgano deliberante. Y como consideran que “bochornoso” y “concejil” son términos discriminatorios, quieren que la ley 45 le caiga a La Patria encima con todo su rigor.

Felizmente, el presidente del Concejo desautorizó a la suspicaz concejil y se conformó con exigir al matutino una explicación por su discriminatorio proceder. Pero de nada valió que con el Diccionario de la Real Academia Española en la mano la directora demostrara que “concejil” es “perteneciente o relativo al concejo”, pues las autoridades orureñas insisten en que el término “mella su honor”.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Hacia el “ranking del racismo”

Editorial de Los Tiempos, 20 de octubre de 2010

El director de Lucha contra el Racismo, dependiente del Viceministerio de Descolonización, ha anunciado que la repartición a su cargo elaborará durante los próximos meses un “ranking del racismo” cuya primera versión será publicada el próximo mes de diciembre.

De acuerdo a las explicaciones dadas, el “ranking del racismo” será un instrumento de medición que posibilitará que los medios de comunicación de nuestro país sean clasificados según una escala en función al grado de racismo que dejen traslucir. Se podrá así determinar con precisión matemática, según las aclaraciones hechas por la autoridad, qué medios son los más racistas y cuáles los menos racistas.

No es difícil imaginar en qué consistirá la labor de la comisión evaluadora. Dedicarán seguramente su tiempo a medir todos los días –cronométricamente a los medios audiovisuales y geométricamente a los impresos– para determinar la extensión –en segundos o en centímetros, según el caso– de los contenidos dignos de figurar en algún punto de la escala del racismo. Tal escala, como es de suponer, tendrá que estar basada en un glosario que contenga todas las palabras, con sus respectivas connotaciones y gradaciones de matiz, que puedan ser identificadas como instrumentos de la transmisión de ideas y/o sentimientos racistas, entre muchos otros instrumentos necesarios para cuantificar elementos que solían ser considerados subjetivos. Habrá que desarrollar técnicas para medir el racismo de una imagen, un dibujo o una fotografía, por ejemplo.

Para que tal “ranking de racismo” no parezca un ejercicio arbitrario, sino lo que pretende ser –un instrumento de medición objetiva– tendrá que plasmarse en un determinado coeficiente que, al ser puesto en relación con las múltiples variables que tendrán que ser consideradas para efectuar el cálculo final, arroje datos suficientemente precisos para ser clasificados ordinalmente y sometidos a periódicas comparaciones sincrónicas y diacrónicas.

Según el anuncio de la autoridad responsable de tal misión, para la ejecución de la misma se cuenta ya con “un equipo técnico especializado en el tema”. Y aunque no aclaró dónde fue que los expertos adquirieron tal especialización, ya que en nuestro país no hay antecedentes de ese tipo de prácticas, sí tuvo el cuidado de aclarar que los datos arrojados por tal investigación no serán utilizados de ningún modo para sancionar a los medios.

Dadas las circunstancias por las que atraviesa nuestro país, ya no es sorprendente que este tipo de anuncios se produzcan y tampoco que sean recibidos por la sociedad con una naturalidad impensable en otros tiempos. Lo que sí es sorprendente, y muy lamentable, es que el proyectado “ranking del racismo” cuente con el apoyo “técnico y económico” del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Bolivia, el mismo funcionario que secunda la versión gubernamental según la que los artículos 16 y 23 de la ley 45 no afectan en nada a la libertad de expresión.

viernes, 15 de octubre de 2010

El Gobierno de Bolivia y el asalto a la libertad

La supresión de la posibilidad de que los lectores de las diferentes versiones electrónicas de los principales diarios del país puedan ingresar comentarios a las noticias o a las columnas editoriales y de opinión, así como el anuncio de que se realizará una “clasificación” de libros para saber si están dentro de la categoría de “racistas”, además de que ahora la gente tiene más temor de decir en voz alta lo que piensa, son las primeras consecuencias de la aprobación de la Ley antirracismo.

Y es que ahora ya no importa si suprimir la opción de comentarios en los sitios web de los periódicos es una restricción a la libertad que tenían todos los ciudadanos de criticar o apoyar sus lecturas, sus ideas o sus preferencias. Tampoco si los primeros libros que se ha anunciado censurar son los históricos escritos de Gabriel René Moreno y Alcides Arguedas, más allá de que estemos de acuerdo o no con sus ideas. Y menos interesa que no sólo la prensa, sino también los ciudadanos, hayan comenzado a cuidar lo que dicen y escriben.

El hecho es que el Gobierno ha comenzado a ensamblar el mecanismo necesario para establecer la verdad oficial, y para imponer la moral y la ética de los que mandan sobre toda la sociedad, penalizando las que pudieran no comulgar con las suyas.

Dos componentes más de este mecanismo son una ley que castigará los comerciales y escenas sexistas que se difundan por los medios de comunicación, y una nueva Ley del Trabajo que establecerá normas para regular medidas de protesta como las marchas y las huelgas.

Mientras este mecanismo totalitario es astuta, paciente y sistemáticamente ensamblado, siguen, dentro de la sociedad boliviana, silenciadas muchas voces cómplices conscientes de este error, pero que se niegan a manifestarse por conveniencia o por temor, y continúan los corifeos vociferantes cantando glorias para el Gobierno del cambio y para el líder espiritual de los oprimidos.

“Así muere la libertad, con un estruendoso aplauso.” Son las palabras que el personaje de una afamada saga de ciencia ficción pronunció al dársele poderes extraordinarios a un futuro emperador, y son las palabras con que podemos describir lo que sucede en Bolivia.

Este es el proceso de pérdida gradual de la libertad, que ya se veía venir desde hace mucho, pero que tantos ciudadanos, aún hoy, se negaron y se niegan a reconocer.

Escrito para el portal www.boliviademocratica.net

Debo confesar que estoy invadido por una mezcla de sentimientos: Por un lado, me emociona estar presenciando, en vivo, el proceso a través del que una sociedad pierde su libertad de manera gradual, y aún hay muchos que lo aplauden. Pero, por otro lado, me mata la impotencia. Porque esa sociedad es la mía, y no puedo hacer nada para evitarlo.

jueves, 14 de octubre de 2010

Por el derecho a pensar diferente y decirlo

Es conocida la incomodidad del Presidente Morales y su régimen de gobierno con los periodistas y, más específicamente, con la libertad de prensa. Tan es así, que en varias ocasiones el Presidente ha aprovechado sus intervenciones públicas para atosigar a la prensa, declarando a los medios sus principales enemigos, humillando a periodistas públicamente, o comparándolos con pollos de granja o vuvuzuelas africanas.

El rechazo y rencor presidenciales, sin embargo, no son solamente contra los periodistas y los medios, sino contra el principio por el que cualquier ciudadano puede hacer declaraciones, preguntas, investigaciones, interpretaciones o revelaciones que pudieran incomodar al régimen de gobierno.

Se trata del principio de libre expresión, a través del que las personas de un país libre difundimos, a veces simple y pura información, y en ocasiones opinión, análisis e interpretación.

Este principio está consagrado en la Constitución Política del Estado, en su artículo 21, numeral 5, que dice que las bolivianas y los bolivianos tenemos derecho “A expresar y difundir libremente pensamientos u opiniones por cualquier medio de comunicación, de forma oral, escrita o visual, individual o colectiva.” Que es reforzado por el numeral 6 que incluye el derecho “A acceder a la información, interpretarla, analizarla y comunicarla libremente, de manera individual o colectiva.”

Así mismo, en el artículo 106, referido a la comunicación social, dice que “II. El Estado garantiza a las bolivianas y los bolivianos el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de información, a la rectificación y a la réplica, y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio de difusión, sin censura previa.” Y a continuación “III. El Estado garantiza a las trabajadoras y los trabajadores de la prensa, la libertad de expresión, el derecho a la comunicación y a la información.”

Note usted que en ninguno de los casos se dice que la libre expresión será regulada por legislación alguna, por lo que la Ley mordaza, recientemente aprobada, no sólo sería un atentado contra los principios de una sociedad libre, sino también una norma inconstitucional.

El Gobierno ha respaldado la aprobación de su Ley contra el derecho a pensar diferente y poder decirlo con libertad, en la preocupación de la sociedad por la sensación de que en el país existe racimo. Esa preocupación, junto con las reflexiones de sectores de la sociedad, pensadores y políticos, podría haber dado como resultado una Ley que no necesariamente sea punitiva y acuda a la coerción para combatir un mal que al final de cuentas depende de la moral y la conciencia de las personas, sino que apunte a la educación y la prevención, a través de una campaña de formación de valores para la construcción de una sociedad tolerante.

Pero si de lo que hablamos es de la elaboración de un instrumento más para perseguir jurídicamente a quien disienta, y para callar la crítica y la opinión diferente, no existirá argumento que valga y, más bien, será absolutamente comprensible que Morales y su Gobierno continúen revelándonos su espíritu totalitario, y mantengan la Ley como está.

El poder que el Presidente se está dando a sí mismo, para silenciar voces y cerrar medios de comunicación, respaldado en una Ley anti libertaria, no lo ha tenido ningún dictador en la historia de Bolivia. Ellos al menos tenían la decencia de llegar con militares y armas, apresar ciudadanos y periodistas, y quemar o tomar el medio, sin pretender que les creamos que seguimos viviendo en democracia.

Evo Morales presencia un milagro del capitalismo

El rescate de los mineros atrapados desde el 5 de agosto pasado en Chile ya es un record Guiness, no sólo porque nadie antes en la historia había sobrevivido tanto tiempo atrapado bajo tierra, sino porque es un rescate a profundidad terrestre nunca antes visto.

Pero el deseo del Presidente Morales por presenciar la operación de rescate va más allá de la simple voluntad de haber estado presente durante un acontecimiento nunca antes visto. Se trata de la necesidad de conseguir algo de prestigio urgentemente.

Y es que la forma eficiente y positiva en la que ha actuado el Gobierno chileno en este problema, ha significado para su Presidente, Sebastián Piñera, un halo de éxito de gran rentabilidad política, y Evo Morales, a quien últimamente no le va muy bien resolviendo los problemas de sus propios ciudadanos, pretende que algo de ese prestigio y popularidad le sean transmitidos a través de su presencia en la República de Chile.

La visita de Morales a Chile es, en los hechos, una jugada de marketing político, que pretende mostrar al Presidente de Bolivia presente en un lugar desde donde ya se respira e irradia éxito. Éxito político, éxito tecnológico, éxito espiritual y éxito económico.

Todo este éxito, sin embargo, es fruto de aquellas cosas que Evo Morales ha estado y continúa despreciando. La victoria del rescate de los 33 mineros, es el testimonio de un país que hace ya mucho tiempo decidió ser parte de la globalización, abrir sus fronteras mentales y económicas, y entrar de lleno en el desarrollo y el progreso.

Todos los principios liberales de respeto a la vida, la libertad, la propiedad privada, la iniciativa económica, las inversiones, la libre expresión, el Estado de derecho y otros, han determinado el sitial de la República de Chile, como un país en el que los individuos y, por supuesto, su Estado, ponen a la ciencia, la tecnología y el capital al servicio del ser humano, para alcanzar el bienestar, para salvar vidas y para obtener comodidades.

No logramos tener ni la más remota sospecha de lo que se habría logrado en Chile, si es que en lugar de los beneficios del capitalismo, se hubiera decidido acudir a la “sabiduría ancestral” de los originarios de América.

La presencia de Morales en el rescate, y nuestra posibilidad de verlo por televisión, deberían causar que nos pongamos a pensar seriamente a dónde queremos llegar. ¿Queremos poder rescatar a nuestros compatriotas el día en que se encuentren en una situación similar?, ¿Queremos un Estado con la capacidad y los recursos necesarios para proteger a la gente?, ¿Queremos desarrollo, bienestar y progreso? Si es así, entonces deberíamos revisar seriamente los métodos y caminos elegidos, que nos conducen a un destino totalmente opuesto al que ambicionamos, y deberíamos reencauzar nuestros esfuerzos en el mismo sentido en que lo ha hacho la República de Chile hace ya tantos años.

Escrito para el portal www.boliviademocratica.net

viernes, 8 de octubre de 2010

Vargas Llosa y Xiabo: Luchadores por la libertad

Mario Vargas Llosa, prominente escritor latinoamericano y férreo luchador por la libertad, ha recibido el premio Nóbel de literatura, por una carrera literaria en la que logró combinar todo lo que a los latinoamericanos nos caracteriza y preocupa, junto con sus firmes convicciones en defensa de la democracia y la libertad, y su incansable crítica y lucha contra cualquier tipo de tiranía.

El propio Vargas Llosa ha declarado "Yo no creo que vaya a cambiar con motivo de este premio, voy a seguir escribiendo sobre las cosas que más me estimulan", "Voy a seguir defendiendo pues las ideas que tengo, la defensa de la democracia, la defensa de la libertad, la defensa de la opción liberal, las críticas a toda forma de autoritarismo".

Además, expuso su perspectiva sobre la inevitable relación entre la escritura latinoamericana y los ingredientes políticos, diciendo que "En Latinoamérica no hemos resuelto aún problemas básicos como la libertad, instituciones estables, tolerancia, coexistencia en la diversidad. Seguimos teniendo de fondo en América Latina esta tradición atroz de autoritarismo y brutalidad en la política, por lo que es muy difícil para un escritor latinoamericano evadir la política y estos problemas, que van más allá de la política, son civiles, morales".

También hizo un análisis sobre la situación política de la región, en el que destacó tanto cosas buenas como cosas malas. El escritor dijo que "Hoy día tenemos muchas menos dictaduras en América Latina que en el pasado. Hoy día tenemos gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda que son democráticos, eso es una gran novedad".

Pero también mencionó que "Lo que representa un retroceso es que todavía tengamos Cuba, tengamos Venezuela", "Mi impresión es que esa corriente, que es una corriente autoritaria, antidemocrática, es una corriente que está como de salida, que cada vez hay menos apoyo, menos respaldo popular, como se acaba de ver por ejemplo en las elecciones venezolanas".

Evidentemente, en esta parte del mundo, el premio otorgado a Vargas Llosa no sólo genera simpatía y adhesión, sino también un subrepticio rechazo por parte de los regímenes que se están empeñando en eliminar precisamente esa libertad que el escritor defiende, y que no pueden menos que lamentar la hora en que el Comité Nóbel destacó el trabajo de nada más y nada menos que: un liberal.

Al otro lado del mundo, se vive una situación similar, pues la misma organización le ha otorgado el Nóbel de la paz al disidente chino Liu Xiabo, de 54 años de edad, "por su larga y no violenta lucha a favor de los derechos humanos fundamentales en China".

En un documento del cual fue coautor, llamado Carta 08, Xiabo pidió mayor libertad y el fin de la hegemonía política del Partido Comunista. La policía china lo arrestó algunas horas antes de que pudiera difundir la Carta 08, en diciembre del año 2008, y fue declarado culpable de subversión por escribir la Carta y otros mensajes políticos, con una condena de 11 años de prisión.

Este galardón tampoco ha sido bien recibido al otro lado del mundo, pues el gobierno chino ha recriminado al Comité Nóbel por honrar a un “criminal”, y ha suprimido la noticia de todo medio de comunicación en la China, así como bloqueado todos los sitios de la red Internet que han informado sobre el premio.

La noticia de la entrega de ambos Nóbeles, en extremos opuestos del Globo, ha sido una molestia para todo tirano y frente a todo régimen autoritario y totalitario, pues se trata de galardonar y reconocer el trabajo de defensores de la libertad que, para colmo de males, son activistas pacíficos de la misma.

Para www.boliviademocratica.net, y para todas las almas libertarias de Bolivia y del mundo, el reconocimiento a estos dos seres humanos es un orgullo y una razón de regocijo.

Escrito para el portal www.boliviademocratica.net

El precio de la libertad es la eterna vigilancia (Thomas Jefferson)

Muchos pensadores, durante la historia de la humanidad, han descubierto, y luego afirmado, que la libertad es un preciado bien que nunca deja de correr riesgo frente a los poderosos, y que los individuos deben vivir constantemente alertas contra todos los peligros que invariablemente la acechan.

Y es que la libertad no necesariamente se la pierde de golpe, sino que también puede desaparecer a través de un proceso de cambios de la forma en que los poderosos se relacionan con los individuos, en el que aquellos vayan reduciendo, poco a poco, y arguyendo los más nobles fines e ideales, el margen y las posibilidades de libre acción de éstos. De esta forma, el resultado final es que los individuos vuelven al estado de servidumbre, y se convierten en medios para que los poderosos de turno alcancen los fines particulares que ellos mismos ha trazado.

Pero perder la libertad no solamente requiere de poderosos que estén dispuestos a arrebatársela a una sociedad, sino, y principalmente, de individuos descuidados e incautos que no la valoran, que no la cuidan, y que están dispuestos a cederla a cambio de beneficios y de promesas de mayor seguridad y menos responsabilidad por sus propias vidas.

Es esta combinación fatal la que causa que hoy, en Bolivia, se haya aprobado una ley que elimina la posibilidad de que los ciudadanos nos expresemos libremente, sin temor a que un juez nos encarcele por decir lo que pensamos; que los padres de familia reciban con aplausos la idea de que se establezca un toque de queda para que los jóvenes menores de edad regresen a sus hogares temprano, so pena de ser castigados por funcionarios del Estado; que tengamos una Ley de Autonomías que posibilita que los fiscales suspendan a autoridades con una simple acusación, ignorando por completo la voluntad de quienes las eligieron; y tantas otras normas que se están incorporando en la estructura jurídica del país, y que están consiguiendo que la libertad, como el personaje de de Joaquin Lavado (Quino), sea cada vez más pequeña.

Escrito para el portal www.boliviademocratica.net

miércoles, 6 de octubre de 2010

Chávez y el terrorismo

Abundan ya, en algunos casos las pruebas, y en otros los indicios, de la vinculación del Gobierno de Venezuela con grupos terroristas, narcoterroristas y fundamentalistas. En algunos casos, esta vinculación se ha dado en base a cooperación directa, y en otros a través de la simple omisión.

El más reciente suceso referido a este problema ha sido la declaración de dos etarras (miembros del grupo terrorista ETA) en el sentido de que habrían recibido entrenamiento en Venezuela.

De acuerdo a una nota de prensa de “Los Tiempos”, Arturo Cubillas, deportado de España a Venezuela en 1989, ocupa desde hace cinco años el cargo de jefe de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras de este país, y habría sido él quien impartió cursillos de formación en julio y agosto de 2008 a los miembros de ETA, Javier Atristain Gorosabel y Juan Carlos Besance Zugasti, detenidos el pasado miércoles en la provincia vasca Guipúzcoa, en el norte de España.

Pero esta es tan sólo la última de las noticias que vinculan al Gobierno de Chávez con grupos terroristas. El gobierno colombiano, entonces presidido por Álvaro Uribe, denunció en años anteriores, después de descubrir importantes documentos en una computadora de las FARC a través de un operativo en territorio ecuatoriano que dio fin con uno de sus principales líderes, que el Gobierno venezolano habría vendido armas al narcoterrorismo colombiano.

También se ha difundido, en los últimos años, información referida a operaciones de las FARC en territorio venezolano, con cuya relación el chavismo ha tratado de desligarse alegando su incapacidad de tener control sobre la totalidad de su territorio selvático.

Por otro lado, no son nada nuevas las hipótesis referidas al la estadía y entrenamiento que estarían recibiendo terroristas islámicos, bajo el oportuno argumento de que se estaría estrechando vínculos “diplomáticos” con el Gobierno de Teherán.

Todas estas informaciones, indicios e hipótesis, coinciden desafortunadamente con las políticas antiimperialistas del socialismo del siglo XXI, que implican una franca hostilidad principalmente, pero no sólo, contra los Estados Unidos de América, sino también contra la civilización occidental.

Imaginamos que será cuestión de tiempo para que podamos contar con mayores certezas sobre la relación del Gobierno venezolano con el terrorismo internacional, y esperamos que cuando estas certezas estén en nuestras manos, no sea demasiado tarde para el mundo.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net/

Tentación totalitaria y miedo a la libertad

Editorial de Los Tiempos, del 6 de octubre de 2010

Durante los últimos tiempos, en lo que tiene todos los visos de ser un proceso en continuo avance, han comenzado a proliferar en nuestra sociedad indicios de un fenómeno que puede ser descrito como “la tentación totalitaria” o “el miedo a la libertad”.

El caso más reciente es el entusiasmo que en gruesos sectores de la ciudadanía ha despertado la propuesta de imponer una especie de “toque de queda” de modo que los jóvenes estén obligados a replegarse a sus hogares a tempranas horas de la noche. El argumento que respalda la propuesta consiste en que, según las estadísticas, es bajo la influencia del alcohol que se produce la mayor parte de los actos de violencia y éstos, a su vez, una importante causa de consultas médicas.

A la iniciativa, originalmente planteada por funcionarios de un hospital público, se han sumado otros sectores a cual más respaldado de aparentemente sólidos argumentos, todos los que parecen converger en un mismo punto: la necesidad y conveniencia de que se aprueben e impongan reglas, normas y leyes más drásticas y que agentes estatales –sean funcionarios municipales, policiales o de alguna instancia de vigilancia y control social aún por crear– se encarguen de “disciplinar” a los jóvenes díscolos.

Muchos padres y madres de familia se han sentido identificados con la propuesta. Y aun antes de que ésta se plasme en disposiciones legales, decenas de locales públicos, gran parte de ellos espacios de intensa actividad artística y cultural, han sido clausurados por comisarios que actúan en nombre de las buenas costumbres.

A este ejemplo, que es el más reciente pero no el único, se pueden sumar muchos otros igualmente sintomáticos del fenómeno al que nos referimos como el entusiasmo con que se defiende la castración como fórmula para prevenir actos de pedofilia o la complacencia con que se acepta la explicación según la que la tortura de conscriptos forma parte de un necesario currículo académico para aprender a “defender a la patria”, son otros entre los más recientes.

El fenómeno no es nada nuevo. Muy por el contrario, son muchos los estudios sociológicos y de psicología social que durante el siglo XX se han hecho con el propósito de comprender por qué en ciertas circunstancias las sociedades se tornan proclives no sólo a aceptar sino a exigir que se les impongan leyes cada vez más severas, castigos más implacables, regímenes autoritarios que conculquen sus libertades y tomen en su nombre las más importantes decisiones.

Algo que tales reflexiones contribuyeron a dilucidar es que la desaparición de la libertad no se produce de un día para otro ni la impone por su propia voluntad ningún tirano, sino que son los miembros de una sociedad los que van renunciando a ella poco a poco, a veces sin darse cuenta y otras veces muy conscientes de ello, voluntaria y entusiasmadamente.

Como es fácil constatar, la nuestra es una sociedad en la que son cada vez más los síntomas de las dos vertientes de las que se nutre el autoritarismo. La tentación totalitaria y el miedo a la libertad ya están entre nosotros, ganando los deseos y la voluntad no sólo de quienes tienen la mano dura sino también, lo que es peor, de quienes quieren ser gobernados con mano dura.

martes, 5 de octubre de 2010

Evo Morales: El déspota enfurecido le da un rodillazo a un rival

Algo más que fútbol

Subeditorial de Los Tiempos, 5 de octubre.

“En el juego se conoce a las personas”, dice un conocido adagio popular. Y la frase puede hacerse extensiva a todo un aparato estatal cuando es éste, y no sólo una persona, el protagonista de un juego.


Lo dicho viene al caso porque lo ocurrido el pasado domingo en un partido entre el equipo presidencial y el de la Alcaldía paceña es algo que va más allá de lo estrictamente deportivo. Llega a ser toda una proclama política; toda una manifestación de la actitud que los personajes involucrados tienen ante sus rivales, ante las reglas del juego, ante las trampas, ante los árbitros o jueces y ante quienes se cruzan en su camino, así sea sólo para impedirles meter un gol.

En efecto, cuando durante una pausa en el juego un jugador se acerca sigilosamente a otro y aprovechando su distracción le propina un rodillazo en los testículos y cuando el árbitro ve esa falta pero no se atreve a sacar la tarjeta roja como muestra de respeto a la investidura del agresor, se puede sospechar que hay de por medio factores extra futbolísticos.

Tal sospecha se agrava si al finalizar el cotejo los agentes de seguridad del Estado deciden encarcelar a un jugador que tuvo el atrevimiento de jugar de igual a igual, sin discriminar ni positiva ni negativamente a su rival. Y cuando ya no queda ninguna duda es cuando al día siguiente gran parte del aparato gubernamental se moviliza para justificar lo ocurrido el día anterior.

Así, más que un espectáculo futbolístico, lo que se nos ha brindado es una muestra de los extremos a los que se puede llegar si no actúan oportunamente quienes todavía creen que es necesario y posible ponerle límites al abuso del poder.

viernes, 1 de octubre de 2010

Llorenti: gran defensor de los derechos de las mujeres

Por: Kathia Castellón Salamanca*

El antes defensor de los DDHH y ahora incongruente ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, se convierte (coyunturalmente) en el gran defensor de los derechos de las mujeres frente al pronunciamiento de la Iglesia en desacuerdo con la ley contra el racismo, señalando que la Iglesia también es discriminadora al prohibir a las mujeres ejercer el sacerdocio.

Lo interesante del caso es que este Señor solo se pronuncia cuando le conviene utilizar un tema muy controversial y de carácter privado (de La iglesia), con la intención de subir en las encuestas de popularidad que lo muestran actualmente como el peor de los ministros del Gobierno de Morales.

Hace ya varias semanas cuando el Presidente Evo Morales señaló públicamente que Irán era un País pacifista, muchos movimientos que defienden los derechos humanos, repudiaron estas declaraciones, manifestando que en ese país se vulneran los Derechos Humanos con penas inhumanas y crueles como la lapidación a la que son sujetas las mujeres (ojo sólo las mujeres) Iraníes frente al adulterio, siendo éstas tratadas como seres inferiores a los hombres que no están sujetas al mismo trato jurídico.

En esa ocasión, la indiferencia que ya es muy usual en los Ministros no se hizo esperar, me imagino que el Ministro Llorenti no considera esa desigualdad jurídica en Irán como un acto de discriminación a las mujeres a quien tanto ahora defiende, y mas aún cuando no solo se trata de un acto de discriminación sino la vejación a los Derechos Humanos estén estos dirigidos a hombres o a mujeres, ya que la lapidación a un ser humano no solo es un asesinato, es un acto de lesa humanidad que pretende la muerte lenta y dolorosa de un individuo, en este caso, según la ley Iraní, de las mujeres “adúlteras”, donde la pena es totalmente desproporcional con el hecho. ¡Gracias a Dios en nuestro país el adulterio sólo es una causal de Divorcio! Eso, en razón de que nadie puede ser asesinado ni apedreado hasta la muerte por no amar a su esposo o esposa, de lo contrario la recolección de piedras en Urkupiña no abastecería para ejecutar la pena a los infieles.

Es preocupante que una autoridad de Gobierno y ex defensor de los Derechos Humanos, no preste atención a temas mucho mas importantes que criticar y acusar a la Iglesia de Discriminadora con relación a un tema que no atenta contra la vida de las mujeres, como lo es la restricción al sacerdocio, frente a los asesinatos que se cometen en países con los que hoy estamos estrechando lazos de amistad calificándolos de pacifistas.
Creo que es demasiado bajo utilizar y servirse de las mujeres, ancianos, niños, e indígenas como escudo, frente a las medidas políticas e implementación de normas atentatorias a la libertad de pensamiento y expresión garantizadas en el Art. 21 inc. 3 y 5 de la Constitución Política del Estado vigente. Esto también podría considerarse como un acto de discriminación a la población Boliviana, porque sus autoridades parecen considerarla de imbéciles e ingenuos.

*La autora es abogada

sábado, 25 de septiembre de 2010

Reforma constitucional: única vía para reelección de Morales en Bolivia

La constatación de la imposibilidad, al menos por vías legales, de que el Presidente Evo Morales esté habilitado para candidatear a una reelección en el año 2014, se fundamenta en la Constitución Política del Estado (CPE):

De acuerdo al artículo 168 de la CPE “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua.

Es decir que, cuando un Presidente o Vicepresidente ya cumplió una gestión, solamente puede ir a la reelección por una única vez, de manera consecutiva.

Este artículo abre, sin embargo, la posibilidad de que un ciudadano pueda ser reelegido de manera discontinua indefinidamente. En el caso de Evo Morales, por ejemplo, podría no postular a la reelección el año 2014, pero perfectamente hacerlo para el año 2019.

El viceministro de coordinación gubernamental, Wilfredo Chávez, ha afirmado que este artículo de la CPE no se aplicaría al Presidente Morales, puesto que, según él, este sería en realidad su primer mandato, desde la perspectiva de que la contabilización de mandatos comenzaría de cero a partir de la aprobación de la Constitución del 2009.

Empero, parece que el señor Chávez va a tener que volver a la facultad de derecho, pues olvida que en la disposición transitoria primera de la CPE, parágrafo II, se establece que “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones.

Disposición que, sumada a lo que prescribe el artículo 168, deja meridianamente claro que el mandato de Evo Morales, ejercido desde el año 2006 hasta el año 2010, debe ser tomado en cuenta como una primera elección bajo el arbitrio de la nueva Constitución, y que, por lo tanto, su victoria electoral de diciembre de 2009 constituye una reelección, consecutiva a ese primer mandato.

Aunque se debe respetar la primacía de la Constitución como norma suprema del orden jurídico del país, vale la pena apuntar que también en la Ley Electoral Transitoria (Ley 4021), en su artículo 25, parágrafo II, se establece que “En aplicación de la disposición transitoria primera, parágrafo segundo, de la CPE, el cómputo de mandatos constitucionales se regirá de conformidad a siguientes:

a) Se computará como primer periodo, el mandato vigente a tiempo de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado.

b) Para el efecto del cómputo se considerarán los mandatos correspondientes al mismo cargo.

Esta Ley, no sólo fue promulgada por Evo Morales en persona, sino que fue la base legal para la realización de las elecciones que le hicieron Presidente por segunda vez consecutiva, por lo que desconocerla sería un despropósito.

Si embargo, se debe insistir en que es la CPE la norma principal que deja bien clara la imposibilidad de la reelección.

Entonces el único camino legal posible, si el oficialismo quiere viabilizar una nueva reelección, es una reforma de la Constitución Política del Estado (CPE) que modifique el artículo 168. Otro camino será incurrir en la ilegalidad.

Para ello habrá que considerar, también, el artículo 411 de la CPE, que en su parágrafo II dice: “La reforma parcial de la Constitución podrá iniciarse por iniciativa popular, con la firma de al menos el veinte por ciento del electorado; o por la Asamblea Legislativa Plurinacional, mediante ley de reforma constitucional aprobada por dos tercios del total de los miembros presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Cualquier reforma parcial necesitará referendo constitucional aprobatorio.”

Por lo que el camino es posible pero, como hemos venido insistiendo, a través de una reforma al artículo 168, que necesariamente deberá ser aprobada por los bolivianos en un referéndum nacional.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La ruptura del un acuerdo entre Estados Unidos y Bolivia

La recientes declaraciones del presidente Morales en Nueva York, con motivo de la celebración de una Asamblea General de la ONU, respecto de que el Presidente de Estados Unidos, Barak Obama, lo estaría discriminando y no se mostraría cooperativo con Bolivia al haber retirado las preferencias arancelarias del ATPDEA, no hacen más que develar un discurso incoherente por parte del mandatario boliviano.

La Preferencias arancelarias contenidas en el ATPDEA, para que determinados productos bolivianos (textiles y joyas entre ellos) ingresaran en condiciones privilegiadas al mercado norteamericano, eran concedidas a cambio de políticas y acciones serias, por parte de Bolivia, en lo que se refiere a lucha contra el narcotráfico.

Que Estados Unidos juzgue la seriedad de las políticas bolivianas antidrogas con un particular y unilateral criterio con el que no estemos de acuerdo, es una cosa totalmente distinta. El hecho es que el ATPDEA solamente estaba en vigencia si Bolivia cumplía con su parte del acuerdo, y el momento en que Norteamérica concluyera que habíamos dejado de hacerlo, tenía todo el derecho de retirar las preferencias.

Se intenta discutir, también, el hecho de que los países grandes, como Estados Unidos, Europa u otros, pongan condiciones para otorgar facilidades o cooperación a los países en vías de desarrollo. Simplemente esto no debería estar en discusión, puesto que, igual que un individuo, grupo de individuos u organización tienen la libertad de no ofrecer gratuitamente su ayuda, y de poner condiciones para brindarla, un Estado tiene la libertad soberana de hacer lo mismo.

El abuso y la violación contra la soberanía de Bolivia se daría si es que algún país pretendiese que Bolivia acepte, por la fuerza, un acuerdo que contemplara condiciones con las que no estuviera de acuerdo. Pero cuando hablamos de ofertas, de tratos, de pactos, de acuerdo, nos referimos a una parte que propone un conjunto de cosas que, sólo de manera voluntaria, la otra parte habrá de aceptar.

Lejos de protestar porque el país proponente no articule un acuerdo a gusto y antojo del país que recibe la propuesta, lo que éste debería hacer es negociar por la posibilidad de mejores condiciones, o simplemente aplicar su libertad soberana de no aceptar acuerdo alguno. Pero exigir que un país haga lo que a nosotros nos place, sólo porque nosotros creemos que es lo correcto, no es otra cosa que no respetar esa misma libertad soberana a la que tanto acudimos para criticar.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net/

martes, 21 de septiembre de 2010

Libertad… ¿para qué?

Es la frase con que Lenin expresó su desdén hacia el principal valor por el que los seres humanos hemos luchado durante siglos, aboliendo la esclavitud y los regímenes totalitarios, e intentando diseñar formas institucionales que garantizasen que esa libertad conseguida no se pierda fácilmente.

La respuesta que alguien le debería haber dado a Vladimir Ilich es: “para lo que nos de la gana, no es asunto tuyo”.

Y es que mientras el individuo no utilice su libertad para vulnerar la de otros, no es asunto de ningún gobernante quién, cómo, dónde, por qué y para qué la usa.

¿Para qué sirve la libertad? Simplemente para eso, para ser libres. Habrá quienes quieran aprovecharla al máximo y hacer todo lo que el ejercicio de su libertad les permite, y tratarán de conocer todos los lugares, los climas, los paisajes, las personas. Pretenderán que son mochileros, y se afanarán por explorar hasta la última posibilidad que su libre arbitrio les brinde.

Otros habrá que se esforzarán por potenciar al máximo su creatividad y su talento, intentando hacerse inmortales a través de alguna obra, o simplemente porque les place, o tal vez porque quieren ganar dinero, o quién sabe por que otras razones más (el que ejerce su libertad es quien lo sabe). “Son criaturas ambiciosas, pretenciosas o ególatras” dirá alguien. ¿Y qué nos importa siempre y cuando no vulneren libertad y derechos de otros?

Otros tantos preferirán sentirse libres de no hacer nada, de empeñar el mínimo esfuerzo, apenas necesario para tener lo esencial, mientras disfrutan de cosas tan simples como ver todas las películas que la industria hollywoodiense ha producido, reír con la vulgaridad del show de Tinelli, o mirar mujeres u hombres semidesnudos (y también desnudos) en televisión, Internet y revistas. “Son criaturas conformistas” exclamará alguien por ahí. ¿Y qué diablos nos importa, mientras no vulneren libertad y derechos de otros?

Los “para qués” de la libertad son múltiples, y sus fines son tan distintos como distintos somos los seres humanos. No hay grupo de expertos ni máquina genial capaz de conocer siquiera un mínimo porcentaje de los fines que los individuos de un orden social persiguen, al hacer uso de su libertad.

Los individuos apreciamos muchísimo nuestra libertad. El único problema es que muchos somos conscientes de su valor, la identificamos con nombre y apellido, al igual que a las acciones que la podrían poner en peligro, mientras que otros aún no se han dado cuenta de que sus vidas no serían ni posibles ni soportables si libertad, y pretenden entregarla a cambio de seguridades que ofrecen los poderosos, o simplemente aún no son conscientes de que sus actividades como comerciantes, dirigentes, especuladores, artistas, bohemios, estudiantes, etc. no serían posibles sin libertad.

Muchos Gobiernos han pretendido saber mejor que las personas cuáles deben ser sus metas; han detestado ver “el caos” dentro del orden social, han deseado que todo ciudadano enfoque sus esfuerzos personales hacia una gran causa común por el bienestar general, y han asumido políticas para lograrlo. Han eliminado la libertad, porque se creían con la autoridad de definir su “para qué” en nombre de todos los individuos, o simplemente la veían como un estorbo o una inutilidad.

En Bolivia, a plan de leyes para controlarlo todo, nos están haciendo lo mismo. Algunos ya nos hemos dado cuenta hace mucho ¿cuándo se enterará usted?

sábado, 18 de septiembre de 2010

Encuesta mensual


Iniciamos las encuestas mensuales de "Veni, vidi, vici" con la pregunta ¿Conoce usted la filosofía de la libertad? en base a cuyos resultados, que se mantendrán públicos en este blog, generaremos contenido nuevo.

El lector queda cordialmente invitado a participar.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dominación, monopolio, concentración, coerción, lucha: La visión de Estado de García Linera

En una conferencia titulada "El proyecto de Estado plurinacional", organizada por el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica Boliviana en el campus central de la zona de Tupuraya, en Cochabamba, el Vicepresidente dijo que "El Estado es dominación, es monopolio. El Estado tiene que concentrar legitimidad, coerción, recursos públicos en un escenario de luchas".

Tanto en esta afirmación, como en su conferencia titulada “La construcción del Estado”, dictada en una universidad de la Argentina, el Vicepresidente plantea un conjunto de características que, desde su punto de vista, serían inherentes a la construcción y existencia de los Estados en general, y del Estado boliviano en particular.

Dominación, monopolio, concentración, coerción y lucha, son algunas de las ideas centrales que resumen la estructura de un Estado omnímodo, que pretende controlarlo todo, y que para ello se encuentra en un estado de constante tensión y pugna. En “La construcción del Estado”, García Linera hizo afirmaciones en el mismo sentido, declarando que el Estado es cultura, creencias y costumbres (además de instituciones, territorio y población, que vendría a ser la definición clásica)

El Estado lo es todo y el individuo no es nada. Tal la sentencia con que se puede resumir la idea vicepresidencial de estatalidad, que coincide perfectamente con otras concepciones colectivistas creadas por el hombre, desde Platón y su “República”, pasando por Marx y su totalitario socialismo, y Hitler en su versión nacional socialista. El consenso entre todos ellos es que el poder gubernativo de los estados no debe dejar al libre arbitrio de los individuos elementos como las creencias, las tradiciones, las opciones sexuales y económicas, etc. Cada esfuerzo, idea y pensamiento del ser humano deber ser canalizado hacia el fin colectivo diseñado por los burócratas de turno.

Las ideas y afirmaciones del Vicepresidente son una nueva constatación de su descarnada sinceridad, y una confirmación de que los planes gubernamentales estarían dirigidos hacia el control total no sólo de instituciones políticas y gubernativas, ni solamente de la economía a través de la intervención en empresas públicas y privadas, sino de la propiedad, y también de las ideas, los esfuerzos, la creatividad, las creencias y costumbres de las personas.

Un Estado totalitario, con la capacidad de determinar todo lo que existe en su territorio, sea físico o metafísico, objetivo o subjetivo. Un poder tal, que ni el movimiento de un solo cabello de un ciudadano escape a su estricta y escrupulosa vigilancia. Esta es la forma correcta de entender las palabras de García Linera.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net

lunes, 13 de septiembre de 2010

Estrategia, mezquindad y pereza política

El oficialismo suele mencionar a Manfred Reyes Villa, recordándole los procesos judiciales que se siguen en su contra y recriminándole el haber huido a los EEUU en lugar de haber permanecido en el país para asumir su defensa.

Si el reclamo surgiera de personas que apoyaron a Reyes Villa en sus diferentes incursiones políticas, sería una interpelación auténtica. Cuando un ciudadano le pide a la gente que apoye una determinada propuesta y visión de país, lo menos que se puede esperar es que tenga el mínimo de valor y consecuencia para quedarse en Bolivia a defender y dar continuidad a un supuesto proyecto político que habría ofrecido, y por el que se habría comprometido la confianza de la gente a través del voto. Pretender hacer esto por control remoto desde un cómodo exilio en Norteamérica es una falta de respeto.

Pero cuando hablamos de los ataques del masismo contra Reyes Villa, y últimamente contra “Tuto” Quiroga, no estamos frente a un oficialismo preocupado por la salud política del movimiento opositor. En el caso del partido de gobierno y sus recriminaciones contra estos personajes, se trata de una estrategia dirigida a condenar al movimiento opositor a quedarse en el inmovilismo en relación a la urgente renovación que requiere.

Los ataques, desde el oficialismo, contra Reyes Villa y “Tuto” Quiroga, tienen por objetivo el de hacer que estos ciudadanos cuestionados por sus actos políticos, carentes de una visión alternativa de país, y estructural e ideológicamente débiles, permanezcan como supuestos líderes de la oposición, evitando al máximo las posibilidades de recambio y renovación en el movimiento opositor.

Adicionalmente, tal estrategia tiene su correlato desde las actitudes tanto de Reyes villa como de Quiroga, pues son ellos mismos quienes parecieran soñar con volver a ser candidatos a la presidencia del país, y no permiten que la oposición se renueve, al negarse a dejar libres los espacios que tercamente se empeñan en seguir llenando. Se trata de simple y llana mezquindad política con un movimiento opositor que en muchos de los casos reivindica demandas y argumenta razones serias frente a un incontenible poder.

Por otro lado, quienes han permanecido en Bolivia, y que podrían llamarse “mandos medios” de la oposición, que en muchos casos son personas que están ejerciendo función pública, se presenta el problema de una especie de pereza política, que los hace negarse a poner en marcha la construcción de nuevos paradigmas programáticos y discursivos, basados en los sólidos principios de libertad, justicia e igualdad ante la ley.

Los grupos de activistas de lo que erróneamente se suele llamar ”la derecha”, parecen haberse acostumbrado a la comodidad de contar con mayorías en órganos legislativos, posiciones en el aparato público, y grandes sumas de dinero para crear, organizar y hacer funcionar un partido. De ahí que a muchos de ellos les parezca una tarea muy difícil la de reconstituir el sistema de partidos, y en muchos casos hasta una labor que las “circunstancias políticas” obligarían a postergar indefinidamente.

Olvidan que en las épocas de Marcelo Quiroga Santa Cruz la izquierda no contaba ni con una docena de legisladores, y mucho menos con millones de dólares para la construcción de movimientos políticos, y sin embargo siempre se las ingeniaron para lograr hacer la diferencia, empleando para ello las ideas de superioridad moral e intelectual, y solidez ideológica y programática, complementadas con tesón y valentía.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Fidel y los modelos económicos

El ex presidente de facto de Cuba, y líder de la revolución de 1959, Fidel Castro, había admitido (o al menos es lo que hizo entender a la opinión pública mundial), que el modelo económico de planificación estatal no funcionaba ni para la propia Cuba.

"el modelo cubano ya no funciona ni para nosotros" dijo en entrevista con The Atlantic, dirigida por el entrevistador Jeffrey Goldberg y la periodista Julia Sweig.

Lo que la frase dio a entender fue que Castro reconocía el fracaso del modelo económico comunista de planificación estatal, que apoyaba las reformas que, de manera gradual, se han venido ejecutando en Cuba desde que su hermano, Raúl Castro, asumió la presidencia de facto, y que reconocía la necesidad de libre acción económica dentro de un orden social.

Sin embargo, menos de cuatro días después, en la Universidad de la Habana, afirmó "Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos, ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis que son cada vez más globales y repetidas (...) ¿Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba?".

Pero entonces ¿cuál es el modelo que sí serviría, tanto para Cuba como para el mundo? Fidel Castro no lo dijo, lo que hace suponer que en realidad no tiene en mente ninguna propuesta de modelo alternativa tanto al comunista como al capitalista.

Esta contradicción acompañada de falta de propuestas podría explicarse sobre la base del siguiente razonamiento:

En primer lugar, dejaremos de lado las frases “modelo económico comunista” y “modelo económico capitalista”

En segundo lugar, tendremos que convenir en que en realidad existen, con variantes y matices, dos formas de funcionamiento del orden económico, a saber: 1) El orden espontáneo, en el que la acción económica de los individuos es libre, pues no está sometida a los designios de un ente central planificador, y 2) El orden planificado, en el que la acción económica del individuo no es libre, pues es planificada por una burocracia centralizada que define la orientación y los fines del esfuerzo individual.

En tercer lugar, y sobre la base del primer y segundo puntos, podemos generar las siguientes hipótesis: a) Castro admite que el orden económico sometido a una férrea planificación es el que no funciona, por lo que se ha convertido en un partidario de las planificaciones selectivas y parciales. Es decir, que se ha vuelto un keynesiano. b) Castro sabe que solamente con la libre acción económica se puede salir de la eterna e indefinida bancarrota de su país, pero teme decirlo, y está buscando articular una forma de “ser capitalista sin ser capitalista”, o al menos sin admitirlo. c) Castro cree que existe una tercera vía, pero aún no la ha encontrado. d) (La menos probable) Castro está preparando el camino para que, de manera gradual, Cuba se convierta en una sociedad libre.

No sabemos, a ciencia cierta, qué es lo que se trae entre manos el ex presidente de facto de Cuba, Fidel Castro, pero lo seguro es que algo está en movimiento por aquellos lugares, y más temprano que tarde nos enteraremos de lo que se trata.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net/

Prostitución de la expresión

Esa es la frase con que el Vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, ha descrito lo que, según él, Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez entendería por libertad de expresión, haciendo alusión al reclamo del ex presidente de que se lo haya sentenciado a dos años y ocho mese de cárcel, por afirmar que el Banco Unión era una "lavandería de recursos chavistas, de corrupción y de dinero mal habido para uso del Gobierno".

La afirmación del Vicepresidente apela a la exigencia de que el derecho a la libre expresión sea ejercido responsablemente por todos los ciudadanos, evitando hacer afirmaciones difamatorias sin presentar pruebas que las sustenten.

Dejemos de lado las declaraciones de Quiroga en el sentido de que sí habría presentado pruebas que demuestran sus afirmaciones respecto de manejos irregulares dentro del Banco Unión, pero que nadie se habría molestado en revisarlas e investigar sus denuncias. Y hagámoslo, además, porque debería ser el Órgano Judicial quien investigue lo denunciado por Quiroga, y quien decida, en última instancia, si sus afirmaciones tenían asidero o no.

Hablemos sobre la “prostitución de la expresión”: En fecha seis de agosto del año en curso, en el periódico Los Tiempos, Álvaro García Linera justificaba no tener pruebas de las acusaciones del Gobierno contra USAID, diciendo que “las conspiraciones no se hacen con facturas”. Además afirmaba “Ahora, que veamos al señor de la Embajada norteamericana, al secretario llevar el dinero: eso no se va ver nunca. No se puede buscar semejante prueba: son subterráneas”.

Entonces, quedan dos opciones: La primera. Que el Vicepresidente y su Gobierno también han estado incurriendo en la prostitución de la expresión y, por lo tanto, también merecen juicio y cárcel. La segunda. Que el criterio vertido por García Linera en agosto pasado también se debería aplicar a Tuto Quiroga, e incluso a las declaraciones acusatorias de Rubén Costas, pues ambos están hablando de corrupción en esferas de Gobierno y, nuevamente, según el Vicepresidente, como la corrupción no pasa factura, todos tendríamos la licencia de acusar en base a nuestras suposiciones y deducciones.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net/

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un vistazo a la judicialización de la política practicada por el MAS

Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Mesa Gisbert, Jorge “Tuto” Quiroga y Eduardo Rodríguez Veltzé, son los ex presidentes procesados en un Órgano Judicial por cuya imparcialidad ya nadie pone las manos al fuego.

Además, están los gobernadores Rubén Costas, Ernesto Suárez, y Mario Cossio, cuyo incuestionable apoyo popular recibido en las urnas no tiene importancia para un oficialismo empeñado en desestabilizar e intentar tomar todo lo que perdió en las elecciones de abril.

También están los alcaldes Jaime Barrón, Héctor Cartagena, René Joaquino, Percy Fernández y ahora Luís Revilla, entre suspendidos y por suspender, que fueron retirados de la silla edil, en unos casos, y que podrían serlo, en otros, por la simple acusación de un fiscal, que no es un representante del Órgano Judicial (que de todos modos es controlado por el Ejecutivo), sino un miembro del Órgano Ejecutivo.

Adicionalmente se tiene a Leopoldo Fernández, Víctor Hugo Cárdenas, José Luís Paredes, Arturo Murillo, Ramón Daza, Samuel Doria Medina, Manfred Reyes Villa y Ninoska Lazarte, entre otros, a quienes también se persigue con ese instrumento represivo que el masismo ha construido sobre lo que antaño se llamaba justicia.

Estos casos son variados y, dependiendo de cada uno, se podrá especular sobre la justicia o no del inicio de procesos. Sin embargo, cabe aclarar que en todos ellos nos encontramos en una situación en la que el gobierno hace de juez y parte. Si la acusación proviene de la Contraloría, es el MAS a través del Ejecutivo; si proviene de algún fiscal, es el MAS a través del Ejecutivo; si la sentencia es dictada por un juez, es el MAS a través de las autoridades judiciales nombradas a dedo por el Presidente Morales; si es el Legislativo, es el MAS a través de sus dos tercios de asambleístas sometidos a la verticalidad del partido de gobierno.

Puesto así, se puede concluir que estamos frente a una situación en que todos los poderes han sido concentrados en un mismo grupo, a través del que algunas cabezas mandantes están haciendo y deshaciendo en el país, y cuyas acciones están minando los principios básicos de libre expresión, pluralismo político, presunción de inocencia, derecho a debido proceso, irretroactividad de la ley, y muchos otros.

¿Cuál el límite para el poder que un gobierno ha obtenido a través del voto de la gente? El límite son los principios básicos de un orden social libre, a saber: el respeto a la vida, la libertad y la propiedad de los individuos; así como la completa vigencia de instituciones como la división y equilibrio de poderes, la libre expresión, el pluralismo político, la libre acción económica, la presunción de inocencia y otros, consagrados en las cartas universales de derechos.

Cuando un régimen de gobierno sobrepasa estos límites, ya nos podemos considerar en posición de decir que se ha transformado en una tiranía.

Escrito para el portal http://www.boliviademocratica.net/