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domingo, 18 de diciembre de 2011

NUEVA BITÁCORA

TODO EL CONTENIDO DE ESTA BITÁCORA, MAS NUEVOS ELEMENTOS AUDIOVISUALES, SE ENCONTRARÁN DE HOY EN ADELANTE EN LA DIRECCIÓN:

www.lizandrocolmos.com

GRACIAS POR EL INTERÉS.

martes, 13 de diciembre de 2011

El “factor China”


La semana pasada observé en Youtube una conferencia dictada por Rodrigo Antezana, titulada “Colapso Económico Mundial - La última lección”, en la que el referido comunicador realiza una explicación respecto de las causas de la crisis económica mundial desatada hace ya varios años, pero cuyas consecuencias más graves parecen no terminar de verse.

Dicha conferencia me ha impulsado a tratar de reflexionar en torno a un elemento de ese sistema de causas y efectos. Me refiero al “factor China”

De acuerdo a los datos presentados por Antezana, la China ya sería la primera economía del planeta, fruto de su vertiginoso crecimiento.

Este crecimiento se debe en gran medida al hecho de que grandes multinacionales han trasladado su producción, parcial o totalmente, a dicho país, puesto que la oferta de mano de obra china estaría entre las más baratas del mundo.

Este traslado ha generado dos efectos simultáneos. Por un lado, el país asiático ha incrementado su producción y demanda de materias primas de una manera dramática; y por otro lado, aquellos países que otrora fueron los centros de origen de aquella producción, hoy se han transformado en “consumidores-poco productores” en unos casos, y en otros en simples y llanos consumidores.

Como sabemos –y esa es una de las ideas principales de Rodrigo Antezana- quien no produce nada y se dedica solamente a consumir, tarde o temprano termina por deber hasta su alma a los que verdaderamente producen. Este es el problema frente al que se encuentra EEUU, que destina ingentes cantidades de recursos a gastos improductivos y al consumo, sin significar ninguna competencia en los principales rubros del mercado mundial.

Una lección que, dicho sea de paso, fue la primera enseñada por el naciente capitalismo en los burgos que rodeaban los castillos feudales, a donde los artesanos y comerciantes terminaban poseyendo mayores riquezas, e incluso siendo los acreedores de los monarcas y señores feudales.

Sin embargo, ese crecimiento chino implica un retroceso respecto de ciertos valores que como sociedad occidental nos preciamos de haber alcanzado.

La china es el equivalente a un gran mercado de esclavos, en el que el Estado es el tratante de personas a las que no se les permite protestar ni sindicalizarse, puesto que no se les ha reconocido su libertad de seres humanos y por ende tampoco sus derechos.

Es lógico, entonces, que no solamente sea mano de obra barata, sino también profundamente explotable. Las jornadas de solamente ocho horas, la seguridad laboral contra daños físicos, los aportes para jubilaciones, aguinaldos y otras conquistas, son incuestionablemente desaparecidas por el silencio impuesto desde un gobierno totalitario que ha descubierto cómo ganar dinero alquilando sus ciudadanos como esclavos a los inescrupulosos.

Una realidad horrorosa. Pero no menos horroroso es el hecho de que este factor, causante de una parte de la crisis económica mundial, y completamente deshumanizante de la civilización occidental, está siendo convenientemente pasado por alto y aprovechado por las empresas e inversionistas que se trasladan a China.

La libertad, la democracia y los Derechos Humanos, son parte del orgullo de pertenecer a la cultura occidental. Sin embargo, pareciera que muchos están dispuestos a retroceder hasta el esclavismo con tal de lograr mejores ganancias, e incluso si eso puede deteriorar las condiciones económicas en los países que sí tratan bien a sus trabajadores –y que por lo tanto no son mano de obra tan barata-

Creo que invertir en China debería verse como apoyar la dictadura, la crueldad y la explotación.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Vargas Llosa entrega premio a columnistas de Los Tiempos



Los columnistas de Los Tiempos, Rocío Estremadoiro Rioja y  Lizandro Coca Olmos, recibieron galardones de manos del escritor Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, por haber obtenido Menciones Honrosas en el VI Concurso Internacional de Ensayos “Caminos de la Libertad”, de México.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Guadalajara: 26 víctimas ¿de quién?

Dio la casualidad de que el día en que me entregaban un premio por el concurso de ensayos de “Caminos de la Libertad” fueron encontrados veintiséis ciudadanos mexicanos muertos a tiros por un cártel que, además,  habría dejado alguna clase de advertencia a los gobiernos de Jalisco y Sinaloa.

La pregunta de esta columna hasta podría parecer absurda. Estas veintiséis personas asesinadas cruel e inhumanamente fueron víctimas ¿de quién? La respuesta más rápida, directa y común es: de los cárteles (la delincuencia organizada). Bien, ese es el responsable subjetivo de estos asesinatos, pero creo que también existe un responsable objetivo al que no se suele considerar seriamente y viene siendo hora de que lo hagamos.

Me refiero al fracaso de la guerra contra las drogas.

Este fracaso, puesto en evidencia por muchos en los últimos tiempos, no sólo implica la pérdida de millones de dólares invertidos en las diferentes armas que se usan en esta guerra sino, por sobre todo y más importante, la de cientos de miles, sino millones, de personas que pierden la vida en batalla, estén relacionadas o no con ésta lucha.

No es sólo dinero sino personas, vidas humanas, dignidades y libertad, lo que estamos perdiendo en nuestro esfuerzo por combatir al narcotráfico, y es eso lo que nos obliga a considerar, no sólo por audacia sino también por humanidad, la idea de poner la legalización de las drogas como uno de los puntos en debate sobre la mesa.

Si el problema se tratara sólo de incrementar los millones de dólares que se destinan a esta causa con un aceptable grado de certeza de erradicar exitosamente la violencia causada por el narcotráfico en nuestras sociedades, probablemente no habría mayor discusión. Pero ¿existe ese aceptable grado de certeza? Tal parece que no.

Creo que las vidas de las personas, que se pierden como un efecto colateral de esta guerra, que para colmo no promete ni resultado ni fin, tendrían que ser motivo más que suficiente para que nos decidamos abordar este problema de una manera distinta.

Creo, también, que a diferencia de los que son asesinados por las mafias, quienes consumen droga lo hacen libre y voluntariamente, por lo que me preocupan más los primeros que los segundos.

El gran beneficio de la legalización estará orientado precisamente a evitar que se pierdan más vidas de aquellos que no tendrían por qué morir al no estar relacionados con el circuito del narcotráfico.

Y sospecho que los primeros en oponerse a esta idea serán precisamente quienes lucran con los grandes precios que generan el mercado negro y la ilegalidad. Las mafias y sus socios -conocidos y subrepticios- tendrán que olvidarse de los negocios millonarios en un mercado competitivo, regulado y de muy bajos precios.

No es una decisión fácil pero creo que al menos se debe discutir; y dentro de la discusión se tiene que considerar uno de los daños colaterales de esta guerra, que es la pérdida de vidas humanas.