El patrioterismo es un exagerado entusiasmo que lleva a la exaltación gratuita, y normalmente cercana al absurdo, de la patria. Se pretende que dicho entusiasmo exagerado es espontáneo, y sin embargo suele ser incitado y provocado por los caudillos de ciertas sociedades, con el único objetivo de conseguir de la gente disposición ciega y suicida a realizar grandes sacrificios en beneficio de la patria, cuando éstos favorecen única y exclusivamente a quienes detentan el poder.
Así, decenas de gobernantes en la historia de la humanidad han apelado al patrioterismo para cubrir de nobleza e hidalguía guerras absurdas, haciéndole creer a sus ciudadanos que debían sentirse orgullosos por los hijos que en ellas morían, pues habían derramado su sangre a favor de los altos intereses de la patria.
Por patrioterismo, los cerca de doscientos millones de presos, que eran los habitantes de la Unión Soviética, dejaron de lado sus aspiraciones de vivir dignamente, sacrificando su trabajo de manera gratuita, extinguiendo sus vidas en granjas colectivas, minas y fábricas, porque mientras los burócratas del régimen disfrutaban de los privilegios del poder y la riqueza, les prometían que después de que la patria alcanzara sus más altos valores y metas, entonces las cosas mejorarían. Los más altos valores de la Unión Soviética pasaron por la construcción de ferrocarriles por ciudadanos esclavos, hasta la llegada al espacio, con generaciones de hombres, mujeres y niños sacrificados por la patria, y un bienestar que nunca llegó.
Por patrioterismo los cubanos han soportado cincuenta años de miseria, privación, servidumbre y mediocridad, viviendo tan sólo de arengas y discursos patrioteros, pues con su sacrificio les hicieron creer que preservaban la dignidad de la patria, y consolidaban para ella la victoria sobre el imperialismo yankee.
De acuerdo a Carlos Schulmaister, el patrioterismo “permanece ligado a formas exteriorizadas y programadas a condición de ser vistas y difundidas extensamente, pues de lo contrario no brindan rédito a sus autores.
Surge de los arrebatos temperamentales o de las emociones elementales antes que del ejercicio del raciocinio. En estos raros casos, suele ser el fruto de inducciones expresas o implícitas de los dueños del poder a través de mecanismos y recursos culturales, educativos o comunicacionales.
Es epidérmico, frívolamente exhibicionista, desbordante, melodramático, jactancioso, exaltado e histérico. Sobre todo, narcisista.
El patrioterismo es siempre una desviación, un atajo, una operación de enmascaramiento de la verdad que, en definitiva, no representa los verdaderos intereses de las mayorías sino sólo los de los grupos dirigentes que dicen ser los representantes de aquellas.”
El patriotero Presidente Morales y su gobierno pretenden acudir a esta argucia para manipular los sentimientos, la opinión y las acciones de la gente. Pretenden justificar el sacrificio de seres humanos por parte del Estado, o el autosacrificio de éstos, a favor de unos supuestos intereses de la patria, cuando el más alto interés de ésta deberían ser precisamente los individuos, proteger sus vidas, su libertad, y el fruto de su trabajo.
Ahora solamente son patriotas los movimientos sociales que apoyen a su gobierno incondicionalmente; lo son, también, quienes paguen calladamente el aumento general de los precios debido a la incompetencia gubernamental; al igual que todos quienes estén dispuestos a sacrificar su bienestar y el de sus familias, ignorando la pobreza, el desempleo, el narcotráfico y la inseguridad, y regocijándose por un logro supuestamente mayor y más digno, como sería el enfrentar al imperio norteamericano.
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