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martes, 4 de enero de 2011

Sobre verdugos y guillotinas

Evo Morales ha conseguido, siguiendo el libreto hábilmente diseñado por la totalitaria mente de García Linera, un poder que día a día aleja a su Gobierno de la posición democrática, a la vez que lo aproxima más a la posición absolutista.

Es por ello que es cierto que muy difícilmente ahora se pueda poner un alto a las innumerables arbitrariedades que cometen los burócratas de la era Morales. Dos tercios en ambas cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional; fiscales nombrados a dedo por el Presidente, con el poder de suspender a autoridades electas por el pueblo; miembros del Órgano Judicial y Electoral elegidos directamente por Evo Morales; leyes diseñadas y aprobadas por el régimen masista, que les posibilitan utilizar la justicia como un instrumento para restringir la libre expresión, para perseguir a las personas por razones políticas, para intimidar, reprimir, someter, encarcelar, censurar, etc. son los principales mecanismos que hacen que hoy en Bolivia vivamos una réplica moderna y refinada de la época del terror posterior a la Revolución Francesa.

A nuestro siniestro Vicepresidente le gusta verse como el último de los jacobinos, y ver a Morales como Robespierre. Su analogía es precisa, porque los verdugos de hoy son jueces, fiscales y ministros anti corrupción, y la guillotina son las leyes que quebrantan los universales derechos de presunción de inocencia, equilibro y división de poderes, irretroactividad de la Ley, respeto de la propiedad privada, principio del juez natural, derecho a un tribunal y control de constitucionalidad, etc.

Se dice que es mentira que exista persecución política, o judicialización de la política, y sin embargo son solamente los líderes no afines al régimen de gobierno quienes están siendo procesados y perseguidos. Algunos con argumentos aparentemente suficientes, otros con los justificativos más rebuscados y absurdos. Pero el hecho es que, con argumentos o no, son solamente personalidades y líderes contestatarios quienes están siendo enviados a la guillotina. 

¿Qué pasó con Juan Camión Quintana y sus 33 camiones de contrabando?, ¿Y qué con el senador borracho de apellido Surco y con nombre de dictador caribeño?, ¿Qué hay con las imágenes de senadores y ministros del MAS alentando la violencia el 11 de enero en Cochabamba?, estos y otros casos que no están siendo investigados sirven para demostrar que sí estamos frente a una persecución política, pues la guillotina se está aplicando de manera selectiva contra quienes son considerados enemigos del régimen.

Todos sabemos que tarde o temprano nos puede tocar la guillotina, pues el proceso se viene realizando por etapas. Primero son los más grandes, luego los medianos, y finalmente los pequeños, pero sin duda que a todos los considerados parte de la “escoria neoliberal”, enemigos del  “proceso de cambio”, o “contrarrevolucionarios”, nos tocará el turno de ser juzgados por los tribunales del terror y la vergüenza. 

Pero también sabemos que las cosas cambian, que la justicia y la libertad siempre terminan por triunfar mientras existamos personas dispuestas a defenderlas, y que tarde o temprano, también, Robespierre y su régimen terminarán siendo enjuiciados con sus mismas leyes, y ejecutados por su misma guillotina.

Como comentario aparte: García Linera a tachado de bobo a Vargas Llosa… no puedo hacer más que reírme cuando veo a una pulga tratando de dañar a un gigante. Porque me pregunto ¿quién es el bobo aquí?

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