¡Por favor! Era absolutamente obvio que si Evo Morales hacía lo que hizo, el resultado sería el obtenido. Y si los del gobierno se muestran “sorprendidos” por el hecho, es porque simplemente son unos cínicos y, como se dice comúnmente, se están haciendo a los locos. ¿Acaso no recordamos que el último acto de representantes gubernamentales en Chuquisaca terminó muy mal? En su propia casa, les retiraron de los informes de la constituyente el tema de la capitalidad plena, muy a pesar de que la acción (retirar el tema) era ilegal (y no es opinión mía, es el dictamen del Tribunal Constitucional... cuando todavía existía). Precisamente la demanda histórica del pueblo chuquisaqueño. Posteriormente aprueban el textucho dentro de un cuartel, en el proceso, asesinan a tres chuquisaqueños, y finalmente salen huyendo como criminales… Y ese fue el último gran acto oficial del gobierno en la Capital de Bolivia.
Entonces ¿qué esperaban? ¿Qué los reciban con flores, alfombras rojas, ovaciones, palmadas en la espalda, fuegos artificiales, aplausos, llaves de la ciudad, coros angelicales, abrazos, homenajes, medallas y etc.? Habría que ser muy estúpido para pensar tal cosa, y prefiero pensar que el Presidente es cínico y no estúpido. Ahora hablan de racismo ¡racismo mis narices! La Prefecta Sabina Cuellar es una de las pocas autoridades de este país a la que he visto hablar en quechua en representación de su departamento (no lo hacen ni el Presidente, ni García Linera, ni los ministros) y ni su color ni su vestimenta son exactamente las de una norteamericana o europea, sin embargo fue elegida por ese pueblo al que pretenden tildar de racista. No es un tema de raza, es un asunto entre un pueblo estropeado y los gobernantes ineptos que lo estropearon. Racistas son los del gobierno que están obsesionados con el tema de la raza, hablan de él noche y día, lo han puesto en vigencia, exacerbado y oficializado.
La FFAA hablan de que se habría mellado la dignidad de su institución ¡por Dios! ¿Cuál dignidad de las FFAA? ¿Todavía conocen eso? ¿Acaso no fue el Presidente el primero en violar la institucionalidad y la dignidad de las FFAA cuando, sin ningún justificativo, sopló dos promociones de oficiales para poder darle cargos a sus amiguitos? ¿Acaso no fueron las mismas FFAA las que mellaron su dignidad y su uniforme vistiendo ponchos rojos, siendo que estos son un grupo armado irregular que llama a la violencia y a la guerra civil constantemente? ¿Acaso es muy digno estar bajo las botas de venezolanos y cubanos? Señores militares, su dignidad quedó sepultada dentro del sobre donde llegan los cheques desde Venezuela.
Y ¿qué dice el Presidente al respecto? Otra vez nos viene con la ridiculez de que son unas cuantas familias. En fin, no me extraña, seguramente le es más fácil acudir a la tontería de “unas cuantas familias” que admitir que es el Presidente de tres departamentos y medio. Si Evo Morales fuera estúpido, habría ido a Sucre candorosamente, pensando en recibir la bienvenida de la gente. Pero no lo es, el sabía perfectamente lo que muy probablemente sucedería, y por ego, o por su eterno afán de imponer sus deseos a fuerza de confrontación, enfrentó a boliviano contra boliviano, a hermanos de la misma sangre, como el 11 de enero en Cochabamba, igual que el 24 de noviembre en Sucre y de la misma forma que el 4 de mayo en Santa Cruz. Yo creí que Morales sentía desprecio solamente por los disidentes, pero el sábado hemos confirmado que tampoco aprecia a quienes simpatizan con él, sino ¿por qué insistir en mandarlos a pelear? Solo alguien desquiciado puede promover la violencia y la represión como lo ha hecho Evo Morales desde que ha asumido el mando de la nación.
No importa en qué idioma intenten decirlo, no existe explicación alguna que justifique el haber dividido a un país, no hay forma de entender cómo pueden ser tan irracionales, y no hay justificativo posible para que continúen destruyendo el Estado boliviano.
El Presidente tiene dos alternativas: Retroceder los pasos dados en el marco de la ilegalidad, la violencia, el racismo, el autoritarismo, la irresponsabilidad, el odio y el capricho, o renunciar evitando que el monstruo de la intolerancia siga creciendo entre bolivianos.
Composición gráfica: rodr160.blogspot.com
La FFAA hablan de que se habría mellado la dignidad de su institución ¡por Dios! ¿Cuál dignidad de las FFAA? ¿Todavía conocen eso? ¿Acaso no fue el Presidente el primero en violar la institucionalidad y la dignidad de las FFAA cuando, sin ningún justificativo, sopló dos promociones de oficiales para poder darle cargos a sus amiguitos? ¿Acaso no fueron las mismas FFAA las que mellaron su dignidad y su uniforme vistiendo ponchos rojos, siendo que estos son un grupo armado irregular que llama a la violencia y a la guerra civil constantemente? ¿Acaso es muy digno estar bajo las botas de venezolanos y cubanos? Señores militares, su dignidad quedó sepultada dentro del sobre donde llegan los cheques desde Venezuela.
Y ¿qué dice el Presidente al respecto? Otra vez nos viene con la ridiculez de que son unas cuantas familias. En fin, no me extraña, seguramente le es más fácil acudir a la tontería de “unas cuantas familias” que admitir que es el Presidente de tres departamentos y medio. Si Evo Morales fuera estúpido, habría ido a Sucre candorosamente, pensando en recibir la bienvenida de la gente. Pero no lo es, el sabía perfectamente lo que muy probablemente sucedería, y por ego, o por su eterno afán de imponer sus deseos a fuerza de confrontación, enfrentó a boliviano contra boliviano, a hermanos de la misma sangre, como el 11 de enero en Cochabamba, igual que el 24 de noviembre en Sucre y de la misma forma que el 4 de mayo en Santa Cruz. Yo creí que Morales sentía desprecio solamente por los disidentes, pero el sábado hemos confirmado que tampoco aprecia a quienes simpatizan con él, sino ¿por qué insistir en mandarlos a pelear? Solo alguien desquiciado puede promover la violencia y la represión como lo ha hecho Evo Morales desde que ha asumido el mando de la nación.
No importa en qué idioma intenten decirlo, no existe explicación alguna que justifique el haber dividido a un país, no hay forma de entender cómo pueden ser tan irracionales, y no hay justificativo posible para que continúen destruyendo el Estado boliviano.
El Presidente tiene dos alternativas: Retroceder los pasos dados en el marco de la ilegalidad, la violencia, el racismo, el autoritarismo, la irresponsabilidad, el odio y el capricho, o renunciar evitando que el monstruo de la intolerancia siga creciendo entre bolivianos.
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