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viernes, 6 de junio de 2008

Referéndums, poder y testamentos

Sobre los referéndums por los estatutos autonómicos de Pando y Beni, quiero expresar mi alegría y mis más sinceras felicitaciones. Más allá de las payasadas de acudir al ausentismo (impuesto por la fuerza de la violencia de grupos de choque del gobierno) y otras, que sabíamos sucederían, y que muy seguramente se van a repetir con el referéndum tarijeño, lo cierto es que la autonomía está aplastando los afanes centralizadores de Morales y sus ministros mestizos (que se creen indígenas)

A pesar de las millonarias campañas que buscaron, desprestigiar a los autonomistas en unos casos, incitar a votar por el “no” en otros, y confundir a la población con supuestos comunicados de las Cortes Departamentales en sentido de una suspensión del referéndum, además de las quemas y bloqueos violentos por enmascarados del gobierno, Pando y Beni han manifestado con firmeza y contundencia su voluntad de ser autónomos, esa es la única gran noticia y el único hecho que cuenta, todo lo demás son pataleos de un Presidente y sus compinches perdidos en el autismo.

¿Todavía hay quienes esperan que el gobierno entienda que sin consenso no hay poder? Si a Evo Morales el poder se le ha ido de las manos como arena entre los dedos y ¡sigue pensando que es Presidente pleno de Bolivia! A los mestizos hechos a los indígenas que nos gobiernan (especialmente cierto siniestro exEGTK que dice haber leído mucho) les recuerdo una frase de Friedrich A. Hayek: “…lejos de surgir de una tal voluntad preexistente capaz de imponer cualquier norma que le plazca, una sociedad de hombres libres presupone que el poder está limitado por los ideales comunes que hicieron que se unieran, y que donde no hay acuerdo no hay poder alguno.”

Eso significa que ni su 53,74% de votos del 2005 (41,06% de acuerdo a las normas de los cerebritos gubernamentales) ni sus grupículos de choque, ni sus intelectuales progres ONGistas y extranjeros, ni los indignos altos mandos de las FFAA, ni ninguna otra fuente de supuesta legitimidad que ustedes consideran bastante para imponer las normas que les plazcan, son suficientes. El único camino es el acuerdo y, aunque esta palabra les de urticaria, el PACTO, porque de lo contrario no existe poder alguno y ustedes se convierten en unos cuantos arlequines que se creen gobernantes. Así de simple.

Por otro lado, imagino que el amable lector recuerda cuando Luís Arce Gómez “aconsejaba” a los enemigos políticos de la dictadura a andar con “el testamento bajo el brazo” Pues bien, ahora resulta que el 29 de mayo pasado, otro Luís (solo que este apellida Trigo) nos dice lo mismo, pero con diferentes palabras. Dice que el “Presidente ha sido muy tolerante porque él como Mandatario de todos los bolivianos, con una votación que muy pocos presidentes han logrado, un 53,7 por ciento, para ser designado; bueno, con todo esto, él debe poder visitar cualquier lugar del país" Luego nos dice que "las Fuerzas Armadas tienen la misión de garantizarle su seguridad dónde él vaya" Y esta es una media verdad, puesto que si bien las FFAA tienen que garantizar la seguridad del Presidente, no pueden hacerlo a costa de la seguridad de los ciudadanos, es más, su primera lealtad debe estar con la vida de las personas, pero sigue diciendo: "vamos a tener que aplicar lo que indica el manual" y el manual dice: "en caso de agresión ilegítima actual o inminente, el derecho de legítima defensa faculta a los integrantes de una fuerza a adoptar medidas de protección activas o pasivas y defensa de sus personas o de la de otros, incluyendo el empleo de su armamento reglamentario" Lo que implica que de hoy en adelante los opositores deben andar con su testamento bajo el brazo, porque en una siguiente oportunidad, nuestros queridos militares portarán y usarán su armamento reglamentario. General Luís Arce… digo, Trigo, déle una leída al tercer y cuarto párrafo de esta columna y entenderá por qué el respaldo de las urnas no implica un cheque en blanco.

Pero no sería la primera vez que las FFAA utilizan armas letales contra ciudadanos movilizados para defender un régimen que no tiene las más peregrina idea de lo que, una vez más, está escrito en el tercer y cuarto párrafo de esta columna. Lo hicieron contra los mineros en el siglo pasado y lo hicieron en octubre del 2003 (por citar dos casos entre decenas) ¿Por qué no seguir haciéndolo, esta vez a nombre del gobierno del cambio y del socialismo del siglo XXI?

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