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viernes, 30 de mayo de 2008

¡Ya es el colmo!

¡Por favor! Era absolutamente obvio que si Evo Morales hacía lo que hizo, el resultado sería el obtenido. Y si los del gobierno se muestran “sorprendidos” por el hecho, es porque simplemente son unos cínicos y, como se dice comúnmente, se están haciendo a los locos. ¿Acaso no recordamos que el último acto de representantes gubernamentales en Chuquisaca terminó muy mal? En su propia casa, les retiraron de los informes de la constituyente el tema de la capitalidad plena, muy a pesar de que la acción (retirar el tema) era ilegal (y no es opinión mía, es el dictamen del Tribunal Constitucional... cuando todavía existía). Precisamente la demanda histórica del pueblo chuquisaqueño. Posteriormente aprueban el textucho dentro de un cuartel, en el proceso, asesinan a tres chuquisaqueños, y finalmente salen huyendo como criminales… Y ese fue el último gran acto oficial del gobierno en la Capital de Bolivia.


Entonces ¿qué esperaban? ¿Qué los reciban con flores, alfombras rojas, ovaciones, palmadas en la espalda, fuegos artificiales, aplausos, llaves de la ciudad, coros angelicales, abrazos, homenajes, medallas y etc.? Habría que ser muy estúpido para pensar tal cosa, y prefiero pensar que el Presidente es cínico y no estúpido. Ahora hablan de racismo ¡racismo mis narices! La Prefecta Sabina Cuellar es una de las pocas autoridades de este país a la que he visto hablar en quechua en representación de su departamento (no lo hacen ni el Presidente, ni García Linera, ni los ministros) y ni su color ni su vestimenta son exactamente las de una norteamericana o europea, sin embargo fue elegida por ese pueblo al que pretenden tildar de racista. No es un tema de raza, es un asunto entre un pueblo estropeado y los gobernantes ineptos que lo estropearon. Racistas son los del gobierno que están obsesionados con el tema de la raza, hablan de él noche y día, lo han puesto en vigencia, exacerbado y oficializado.

La FFAA hablan de que se habría mellado la dignidad de su institución ¡por Dios! ¿Cuál dignidad de las FFAA? ¿Todavía conocen eso? ¿Acaso no fue el Presidente el primero en violar la institucionalidad y la dignidad de las FFAA cuando, sin ningún justificativo, sopló dos promociones de oficiales para poder darle cargos a sus amiguitos? ¿Acaso no fueron las mismas FFAA las que mellaron su dignidad y su uniforme vistiendo ponchos rojos, siendo que estos son un grupo armado irregular que llama a la violencia y a la guerra civil constantemente? ¿Acaso es muy digno estar bajo las botas de venezolanos y cubanos? Señores militares, su dignidad quedó sepultada dentro del sobre donde llegan los cheques desde Venezuela.

Y ¿qué dice el Presidente al respecto? Otra vez nos viene con la ridiculez de que son unas cuantas familias. En fin, no me extraña, seguramente le es más fácil acudir a la tontería de “unas cuantas familias” que admitir que es el Presidente de tres departamentos y medio. Si Evo Morales fuera estúpido, habría ido a Sucre candorosamente, pensando en recibir la bienvenida de la gente. Pero no lo es, el sabía perfectamente lo que muy probablemente sucedería, y por ego, o por su eterno afán de imponer sus deseos a fuerza de confrontación, enfrentó a boliviano contra boliviano, a hermanos de la misma sangre, como el 11 de enero en Cochabamba, igual que el 24 de noviembre en Sucre y de la misma forma que el 4 de mayo en Santa Cruz. Yo creí que Morales sentía desprecio solamente por los disidentes, pero el sábado hemos confirmado que tampoco aprecia a quienes simpatizan con él, sino ¿por qué insistir en mandarlos a pelear? Solo alguien desquiciado puede promover la violencia y la represión como lo ha hecho Evo Morales desde que ha asumido el mando de la nación.

No importa en qué idioma intenten decirlo, no existe explicación alguna que justifique el haber dividido a un país, no hay forma de entender cómo pueden ser tan irracionales, y no hay justificativo posible para que continúen destruyendo el Estado boliviano.

El Presidente tiene dos alternativas: Retroceder los pasos dados en el marco de la ilegalidad, la violencia, el racismo, el autoritarismo, la irresponsabilidad, el odio y el capricho, o renunciar evitando que el monstruo de la intolerancia siga creciendo entre bolivianos.

Composición gráfica: rodr160.blogspot.com

viernes, 23 de mayo de 2008

¿Qué quiere Evo Morales?

Aunque no comparto algunas de las apreciaciones de Filemón Escóbar respecto de lo que se debiera hacer en Bolivia, creo que su tesis de la complementariedad de opuestos a través del respeto entre la civilización andino-amazónica y la civilización occidental, y su reflexión acerca de los errores de la izquierda y también de los partidos tradicionales, son excepcionales. “De la revolución al pachakuti” es un aporte fundamental para que los intelectuales, políticos y ciudadanos en general evitemos cometer las mismas estupideces que nos han traído a la horrorosa situación en la que estamos. Esta lectura me provocó hacerme la pregunta que pone el título de esta columna.

Evo Morales llegó a la presidencia bajo el simbolismo de la hoja de coca, ese fue el detonante de la creación de un movimiento político que luego se extendió por todo el país. Pero ¿qué es lo que busca hoy Evo Morales? Lo que se buscaba originalmente era, en primerísima instancia, detener los abusos destinados a parar la producción de coca en el Chapare, crímenes que luego fueron perpetrados por ambos bandos, no hay que olvidar que los cocaleros torturaron y asesinaron a muchos uniformados, y cuyos casos quedaron en el olvido hasta nuestros días. Pero en fin, esa primera reivindicación comenzó a ser resuelta en el gobierno de Carlos Mesa con la concesión del cato de coca por familia, y posteriormente en el gobierno de Morales con la eliminación casi absoluta de acciones de erradicación. Es decir que el problema de la coca ya está resuelto. Pero al convertirse en un movimiento nacional, el MAS tuvo que incorporar demandas de muchos otros sectores dentro de (no digamos programa político) pliego de gobierno. Revertir el proceso de capitalización incluso en casos en donde era absurdo hacerlo (como en ENTEL), la incorporación de actores populares en esferas gubernamentales, etc. Problemas como el de la eliminación de la pobreza y el desempleo supuestamente también son desafíos del actual gobierno que, dicho sea de paso, supuestamente se solucionaban con la nacionalización de los hidrocarburos (ya muchos sabíamos que eso no era más que discurso).

La mayoría de las demandas de los ciudadanos han quedado pendientes en más de dos años de gobierno, pero Evo Morales tiene en sus manos las posibilidades y los recursos para iniciar el proceso destinado a resolverlas. Si me preguntara le sugeriría algo así como tontas inversiones productivas estatales, o el absurdo estímulo a la inversión privada, o la estupidez de conceder facilidades a quienes quieran instalar empresas, o el ridículo de conminar a los embajadores a ser vendedores y conseguir mercados para productos bolivianos en lugar de andar de turistas, y otras sandeces que a los liberales nos gusta parlotear para conspirar contra nuestro maravilloso Presidente. Pero el punto es que Morales tiene, desde hace más de dos años, la posibilidad política de iniciar procesos encaminados a mejorar las vidas de los bolivianos, los recursos económicos suficientes para lograrlo y, de necesitar inversión extranjera, la simpatía internacional necesaria para conseguirla. Simplemente ignorando a la oposición y trabajando en los temas planteados, podría hasta conseguir que el pueblo boliviano clame por la reelección que tanto desea. Pero no se ocupa de ello, tiene en sus manos la posibilidad de construir soluciones, pero se dedica a pelear y destruir.

Creo que el Presidente ha traicionado a los bolivianos regresando, con un buen empujoncito de García Linera y sus ministros siniestros, a la tesis que siempre defendió cuando inició su vida de dirigente en el Chapare, la de la lucha armada y la eliminación de sus enemigos. Con la única diferencia de que hoy está en el poder, ha probado el dulce sabor del poder nacional y dudo mucho que se conforme con volver a hacer guerrilla en algún lugar de Bolivia. Evo Morales ha abandonado la tesis de la complementariedad de opuestos (en la que nunca creyó), ha aplicado la lucha electoral (o electorera como diría el compañero Álvaro) solamente para ver hasta donde le llevaba (porque tampoco creyó nunca en ella), y en el fondo continúa pensando que la confrontación es la solución eficaz a los problemas. El error ha sido llevar a la presidencia a alguien cuya convicción democrática está en duda.

Hoy estoy más convencido que nunca de que Morales y su gobierno, antes que ceder en sus acciones, preferirán el derramamiento de sangre. Salvo que un ángel en su entorno espante a los demonios y le haga cambiar de idea.

jueves, 15 de mayo de 2008

La izquierda del paleolítico

Entre sus fantasías más caras está la de, alguna vez, protagonizar (como vanguardia por supuesto, no como carne de cañón) una revolución armada que lleve a las masas a la toma del poder total y al establecimiento de la dictadura de los “buenos” y de la que, como no podía ser de otra manera, formará parte como miembro de la nueva clase burocrático-política. Si lo ven participando en elecciones, es simple y llanamente porque piensa corroer, desde sus entrañas mismas, la perversa “democracia burguesa” con e fin de alcanzar el mismo objetivo, desensamblando su andamiaje institucional (puesto que para él no es más que una camisa de fuerza) para poner en práctica las mismas patrañas aprendidas durante su (de)formación política de la juventud. Pero en realidad este procedimiento (el de la lucha en democracia) es considerado poco digno para él, lo ideal hubiera sido lograr la hazaña épica del derramamiento colectivo de sangre, la aniquilación de los “enemigos de pueblo”, y la construcción de un régimen totalitario. Pero ¡que lastima!, tuvo que llegar a través de la “democracia burguesa”. Esa es y siempre será su gran frustración.

Es una semblanza pequeña e incompleta, pero más o menos es el perfil de los que hoy, igual que en 1964, de la misma forma torpe que en 1971, con las mismas acciones estúpidas de 1985, y siguiendo el mismo absurdo camino del 2005, han destruido una nueva oportunidad para la izquierda moderna y racional, de llevar adelante un gobierno con características que nunca vimos, y que por lo pronto parece que aun no conoceremos. Son los izquierdistas del paleolítico, los que nunca aprendieron que la copia, el calco de procesos como el ruso o el cubano no funcionarán en Bolivia. Son los que han desperdiciado la posibilidad de que tengamos un gobierno que demuestre a los bolivianos que una administración al estilo de Felipe Gonzales en España, o Baclelet en Chile podría conseguir algunos avances que hasta ahora no hemos logrado.

Pero, peor aun, estos izquierdistas del paleolítico, han desperdiciado la oportunidad de lograr que la civilización andino-amazónica, y la civilización occidental, se encuentren, reconozcan y respeten, y construyan una nación en la que podamos convivir en paz y orgullosos de pertenecer a un país con dos culturas articuladas que trabajen coordinadamente por salir adelante, cada una aportando con sus mejores valores. ¿Por qué negar que la civilización occidental tiene grandes ventajas? ¿Por qué rechazar una alianza de civilizaciones en la búsqueda de mejores días para todos? ¿Por qué negarnos la posibilidad de aprender intercivilizatoriamente a respetarnos y a amarnos?

En el afán de desbaratar la república, esta izquierda carnívora siempre ha conseguido destruir preciosas oportunidades que, en manos de izquierdistas sensatos, habrían generado en Bolivia un movimiento de izquierda que le haga contrapeso al mercantilismo tradicional que nos ha gobernado en los últimos años. Junto a Juan Ramón Quintana, Alfredo Rada y otros, Álvaro García Linera, el “compañero Álvaro”, es uno de estos izquierdistas con la mente fosilizada, que hizo guerrilla en épocas democráticas, y que siempre despreció el voto que lo puso en el lugar en el que hoy se encuentra.

Para cuando terminé de escribir esta columna, en lugar del golpe de timón que tantos pedíamos, en lugar de acaudillar el proceso de construcción de un Estado autonómico, en lugar de decidir gobernar utilizando el Estado de derecho, Evo Morales había promulgado esa inoportuna ley de revocatoria de mandato. Nos están obligando a elegir, nos están diciendo que son incapaces de lograr un pacto entre bolivianos, nos están diciendo que no les da la gana de impulsarlo. Pero tenemos que estar seguros de que no es imposible, si Morales no lo puede hacer, otro ciudadano lo conseguirá. Ya que me pone en situación de decidir Señor Presidente, yo voy a votar por que usted se vaya, con la esperanza de que otro tenga la capacidad de lograr lo que esperábamos de usted. Pero ¿quiere saber una cosa?, voy a estar chocho de ver a García Linera fuera de la vicepresidencia.

jueves, 8 de mayo de 2008

¡Que vergüenza Presidente!

Santa Cruz, pero especialmente los cruceños, merecen un gran reconocimiento por lo conseguido el 4 de mayo. Aun cuando los actos electorales sean reconocidos por el Estado central, siempre se requiere a la policía para que ayude a proteger el proceso. El 4 de mayo, Santa Cruz pudo llevar adelante su referéndum, ordenada y disciplinadamente, no solo sin el reconocimiento del gobierno central (por lo tanto sin ayuda de fuerzas del orden), sino además con su férrea y destructiva oposición. Y la paz hubiese sido absoluta, de no ser por los grupos de choque del MAS, que se sintieron lo suficientemente fascistas como para evitar que la gente vote, agrediendo a jurados electorales, ciudadanos y notarios, destruyendo recintos electorales, golpeando a periodistas, quemando ánforas y material electoral, evitando a pedradas y palazos que el material electoral llegue para instalar mesas de votación en algunos lugares. Afortunadamente las mesas boicoteadas por el fascismo de los partidarios del MAS no llegan ni al 4% del universo de votantes. El resultado fue histórico y los obstáculos puestos por el gobierno lo convirtieron en un día de lucha democrática heroica ¡felicidades Santa Cruz!

Pasadas las 2000 horas, mientras se daba un festejo masivo, el Presidente dio un discurso absolutamente vergonzoso del que extraigo algunos fragmentos textuales. "Actitudes tan ilegales y anticonstitucionales" dijo sobre e referéndum, asumiéndose una vez más con la atribución de actuar como Tribunal Constitucional de Bolivia. Presidente, usted no tiene ninguna facultad legal para decidir si ese referéndum es o no constitucional. "Saludo y expreso mi gran respeto y admiración al pueblo cruceño, por esta resistencia contra este estatuto autonómico separatista, divisionista. Saludo eses movimientos sociales del campo la ciudad, de resistir con mucha naturalidad en defensa de los intereses de las mayorías" Presidente ¿saluda usted a quienes queman material electoral, evitando de manera fascista un acto democrático? ¿Saluda y respeta a quienes apedrean a ciudadanos que actúan como jurados electorales, a periodistas y votantes? ¿Usted saluda, respeta y admira a quienes respondían “lucha armada” y “guerra civil” frente a los gritaban “autonomía” y “queremos votar”?

"Este día llamada de fiesta, esta consulta sobre el estatuto autonómico, ha fracasado rotundamente" dijo Evo Morales. Ya quisiera cualquier político, incluido Morales, fracasar de la forma en que ha fracasado el estatuto autonómico, ya quisieran muchos ser estatuto autonómico para ganar con el 85% de votos (resultado en boca de urna sobre el 100% de las mesas). Luego nos dice por qué ha fracasado el referéndum "algunos decían iba a ser una fiesta, solo ha habido una violencia, un enfrentamiento entre las familias que viven en el departamento de Santa Cruz" Enfrentamientos alentados por usted Presidente, que afortunadamente fueron pequeños y sin un solo muerto. Si le molestó la violencia, castíguese a si mismo y a sus militantes. "De tantas irregularidades, las denuncias de fraude, la presencia de miles de ciudadanos del interior de país para fortalecer la agresión de la violencia" Presidente, los ciudadanos de otros departamentos (que no miles) fuimos invitados precisamente para observar el proceso eleccionario y verificar que no existan esas estupideces a las que usted hace alusión. Si Santa Cruz quisiera agredir a sus partidarios no necesitaría refuerzos, sus partidarios son muy pocos, y los cruceños que están hartos de las necedades gubernamentales son muchísimos.

Luego trata de minimizar el abrumador 85% a favor del “si” diciendo "Entre la abstención de un 39%, entre el blanco y los votos nulos, hacen prácticamente un 50%" Y eso ya es demasiada bellacada Presidente, porque entre la abstención del 15,5%, votos nulos por el 2,85% y blancos por 3,38%, usted no tiene más del 42,34% en el 2005 y por lo tanto ¿qué hace sentado en la silla presidencial? ¿Está dispuesto a deslegitimar los resultados del referéndum por el estatuto autonómico, deslegitimando los resultados de su propia elección? Si el “si” al estatuto autonómicos no ganó por 85%, porque hay que considerar la abstención y los votos no válidos, entonces usted nunca obtuvo más del 50% de los votos y, de todos modos, la victoria del estatuto el 4 de mayo, es mayor que la suya en el año 2005.

¿Ese es el discurso adecuado para una realidad que se hace cada vez más evidente?, no, ese es el discurso del que no quiere mirar o escuchar lo que no le conviene, es el discurso de quien quiere seguir gobernando en base a sus caprichos, es el discurso de quien no quiere actuar conforme a la realidad y pretende que la realidad se acomode a sus deseos. ¡Que vergüenza Presidente!

jueves, 1 de mayo de 2008

Santa Cruz

El 4 de mayo Santa Cruz le demostrará a Bolivia que ha decidido ser la sociedad líder de los cambios políticos que llevan a la modernidad, en contraposición a la actual moda de la involución hacia el tribalismo arcaico.

Y no es que los cruceños no hayan demostrado con anterioridad su afán por superar al occidente de Bolivia en todos los campos posibles. Precisamente la puesta en marcha de su autonomía departamental constituirá la señal contundente del liderazgo de Santa Cruz, el primer cambio revolucionario boliviano del siglo XXI, y el principio de la construcción de una república adecuada al nuevo milenio.

La señal contundente porque, como ya lo he dicho, el oriente boliviano, encabezado por Santa Cruz, nos ha venido demostrando que es posible articular un modelo de desarrollo que funcione exitosamente, alejándonos de la matriz monoproductiva y dejando de lado la siempre repetida historia de la exportación de materia prima. Es decir, vencer a lo que Roberto Laserna llama “la maldición de los recursos naturales” e implementar un modelo de desarrollo basado en la producción de múltiples bienes con valor agregado, en una economía de escala, y con mayor potencial de generación de empleo. El empresariado oriental, con su espíritu emprendedor, su audacia y entereza, ha demostrado de sobra su superioridad frente a las viejas aristocracias empresariales de occidente (digo viejas porque en El Alto hay unas nuevas que también poseen una visión fresca de empresa). Santa Cruz casi ha dejado de tomar a sus políticos y dirigentes como farándula porque, a diferencia de occidente, posee una verdadera farándula que enorgullece y representa a Bolivia en el exterior. En los últimos años hemos visto cómo los cruceños consolidan y fortalecen lo que algunos denominan “intelectualidad camba” proponiendo visiones y debates para la agenda del pensamiento nacional. Y para probar todo esto no se necesita ni encuesta ni estudio alguno, es cuestión de lógica, la migración interna es muestra suficiente, las personas se van a donde las cosas están mejores, donde hay mayores oportunidades y donde existe mayor desarrollo. Las autonomías departamentales, como una forma de lograr que cada departamento tome las riendas de su propio destino, que asuma la responsabilidad de su desarrollo y demuestre su mayoría de edad, es la nueva visión de país que iniciará Santa Cruz, y a la que debemos sumarnos los bolivianos.

Es el primer cambio revolucionario boliviano del siglo XXI, entendiendo como “revolucionario” un proceso que modifique profundamente la dinámica social de una nación (y no las idioteces armamentistas de los izquierdistas del paleolítico), porque le dice adiós a la exclusividad de las decisiones tomadas en La Paz (que fue nuestra dinámica durante casi doscientos años de república), y porque al destruir casi por completo la camisa de fuerza del centralismo, generará procesos diferenciados de evolución y adecuación del poder político y económico de acuerdo a las particularidades culturales y geográficas de cada departamento. Es decir, Bolivia seguirá siendo una sola (a no ser que los necios del gobierno nos arrastren al enfrentamiento) pero con características aun más marcadas dependiendo de la región en la que nos encontremos. Así es, creo que las autonomías no solo serán un mecanismo de respeto a la diversidad, sino que la promoverán y enriquecerán.

El principio de la construcción de una Bolivia para el nuevo milenio, porque los nuevos tiempos requieren de mayor eficiencia institucional, económica, social, política, etc. Nadie en su sano juicio, en pleno 2008, plantearía que la mayor concentración del poder y la centralización de los procesos es beneficiosa para ninguna sociedad (lo hacen los del MAS, pero por eso escribí “nadie en su sano juicio”). Ni siquiera las grandes transnacionales y los grandes capitales piensan hoy en crear empresas paquidérmicas que concentren todo, y más bien lo que buscan es integrar redes de pequeñas y medianas empresas, o descentralizar y subsidiarizar, porque eso es lo que funciona en pos de mejorar la productividad, la competitividad y conseguir mayores beneficios.

Desde aquí que sepa Santa Cruz, la ciudad cuyo aire fue el primero que inhalaron mis pulmones, que el mío es un voto más por el “si”. Un voto que lamentablemente no estará registrado en la Corte Departamental Electoral, pero que siempre estará presente en mi corazón y en mi alma. ¡Vamos por el “si”, por la autonomía, que nada ni nadie nos detenga!