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domingo, 19 de agosto de 2007

Permítanme unas sugerencias

Tengo que pedir disculpas por no haberme percatado con anterioridad de la tremenda lucidez de nuestro primer mandatario "Estar sometidos a las leyes es perjudicarnos, aunque digan que nuestros decretos son inconstitucionales, no importa"…"Ministros, les digo que no hay que esperar las leyes, hay que seguir trabajando con decisiones políticas y si demandan de inconstitucionalidad nuestros decretos, será el pueblo el que juzgue"… palabras textuales del Presidente de la República en una nota de prensa del 11 de agosto pasado.

Cuantas personas estarán sintiendo lo acertado de las palabras de Evo Morales…

Empezando por los estudiantes de colegios y universidades que tienen que sufrir atados por la ridícula norma de tener que dar exámenes para aprobar sus cursos, y continuando con los ladrones y asesinos a quienes pretendemos obligar a respetar leyes que les prohíben ejercer sus nobles tareas.

Tiene usted toda la razón señor Presidente. Permítame sugerirle algo que parece no habérsele ocurrido: ya que estar sometidos a las tontas leyes nos perjudica ¿por qué no aprueba una constitución por decreto y espera a que el pueblo juzgue? Nos ahorramos dinero, tiempo y tener que lidiar con las minorías contrarrevolucionarias (como diría el compañero Álvaro)

Y tengo más sugerencias. Para las autoridades de la media luna: ¿por qué no se declaran departamentos autonómicos de una vez en lugar de esperar a que las absurdas leyes se los permitan? Total, si declaran sus medidas de inconstitucionales, no importa ¡lo dijo el Presidente! Y los ciudadanos de cada departamento juzgarán lo hecho por sus autoridades.

Es más ¿por qué no redactar cada comunidad indígena o campesina, cada ciudad, cada pueblo, su propia constitución? De todos modos, sabemos que no nos vamos a poner de acuerdo en nada y que la constitución nueva, venga de quien venga, no va a estar al gusto y antojo de cada republiqueta. Hay que seguir el consejo del Presidente, dejar de lado las leyes, y gobernar a través de decretos, ordenanzas y directivas autonómicas.

Eso sí, don Evo Morales, hay que ser honestos y admitir cuán fascinante fue el desempeño de anteriores gobiernos, que lograron terminar sus mandatos tratando de respetar las estúpidas leyes. Con algunas excepciones, como cuando goni puso en vigencia los contratos con las petroleras sin hacerlos aprobar, uno por uno, con el congreso de la república, y escondiéndonos los anexos de los mismos. Pero claro, el ex-presidente Sánchez de Lozada se habrá dado cuenta, igual que usted, de que las leyes no son más que el invento de algún cretino que solo buscaba perjudicar a los nobles gobiernos.

También hay que agradecer a los cándidos e ingenuos que, creyendo que las leyes importan, le devolvieron su curul cuando usted era diputado. Esos son los mismos incautos que, a través de las necias leyes, instauraron el voto universal, abolieron el pongeaje, y permitieron la estructuración de una democracia liberal que le permitiera a usted ser hoy Presidente Constitucional de la República… perdón… creo que eso de Constitucional ya no importa ¿verdad?

¿Cómo no nos dimos cuenta, después de tantos años de democracia, de que nuestro problema son las leyes? ¿Cómo fuimos tan ciegos al no ver que nuestro atraso, nuestras diferencias y todas nuestras miserias, no podían hallar soluciones por culpa de las irracionales leyes?

Ahora sí creo que el Presidente Morales merece ser postulado al premio novel de la paz. Habrá ganado dicho título por uno de los más misteriosos y recónditos descubrimientos. La inutilidad de las leyes.

¡De verdad! Esto puede iniciar toda una corriente filosófica, la estructuración de nuevas teorías, debates y análisis, en el área de la ciencia política y la ciencia jurídica. Podemos bautizar la nueva corriente con el nombre de “La Escuela de Evo”

Y quienes se quejen y exijan el cumplimiento de tan ilógico invento, innegablemente serán enemigos de los procesos de cambio, habrán sido descubiertos, y tendremos que deshacernos de ellos de algún modo… o tal vez, como dijo el Presidente, simplemente ellos no importan.

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