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jueves, 9 de agosto de 2007

Los Discursos de pacotilla

Tanto el presidente como el vicepresidente deberían pedir unas clases de historia antes de hablar en el día de la patria. García Linera afirma que en la Asamblea Constituyente de 1825 se redactó una constitución sin la participación de los indígenas y, por lo tanto, excluyente. Su desubicación es terrible, puesto que la redacción de la primera constitución boliviana fue encargada al Libertador en persona. Constitución que, dicho sea de paso y por su carácter liberal, abolía la servidumbre y el impuesto indigenal, y establecía la igualdad entre todos los bolivianos como principio fundamental después de la libertad.

¿Estará el vicepresidente calumniando a Bolívar de excluyente? En todo caso espero que no, y más bien creo que su afán es tratar de que su gobierno se vea mejor, echando lodo a los demás. Apelar, como lo han hecho desde el principio, a los sentimientos de la gente, diciendo que los indígenas fueron excluidos desde la fundación de la república.

El presidente también necesita unas clases sobre la historia de la insurgencia de Bolivia. Él afirmó que los principales impulsores de la independencia fueron indígenas y que, posteriormente, se unieron los mestizos y criollos. ¡Cero en historia! Basta con revisar los libros para saber que fueron los segundos quienes impulsaron la guerra de independencia, y que los indígenas estaban divididos, aunque en mayor porcentaje engrosaban las filas de los realistas.

El presidente dijo que ya no hay embajadas que intervengan en la política nacional, pero olvidó decir que ahora las políticas son orientadas por su admiración, imitación y lealtad con los dictadores de Cuba y Venezuela. Lo que equivale a decir que hay intervención, aceptada de buen grado con el ribete de consejos.

El vicepresidente aclaró que ya no existen las coaliciones de partidos y que, en su lugar, ellos han conformado una coalición de movimientos sociales. Lo que no dijo, es que la repartija de los puestos en la administración pública se realiza en base a esa coalición. Es decir, cambiaron el cuoteo entre partidos por el cuoteo entre movimientos sociales.

Ambos discursos cayeron en la posición maniquea de patria versus anti-patria. ¿Y quienes somos la anti-patria? Todos los que nos oponemos a la implementación de un Estado totalitario en base a un modelo demostradamente fracasado a lo largo de la historia. El Vicepresidente llegó más allá, y esgrimió un término clásico de las dictaduras socialistas, utilizado para justificar la aniquilación de los disidentes, nos dijo contrarrevolucionarios.

Los dos mandatarios hicieron hincapié en la supremacía de los derechos colectivos sobre los derechos individuales, cosa que, por su peligrosidad, creo necesario aclarar.

El colectivismo es totalitario, puesto que las libertades del individuo son eliminadas so pretexto del bienestar común. El problema surge cuando alguien tiene que decidir ¿cuál es el camino que debe seguir la colectividad? ¿Cuál es la verdad que debe creer el colectivo? ¿Cuál es la religión o el ateísmo que debe profesar? ¿Qué tipo de literatura se debe permitir? ¿Qué sitios web se deben restringir? ¿Qué clase de arte se debe practicar? ¿Quál es la ideología que le conviene a la colectividad? ¿El homosexualismo se debe penalizar? ¿La mujer y el hombre son iguales o alguno es superior? etc…

Aquí aparecen los mesias, los salvadores, los poseedores de la verdad absoluta. La palabra de ellos es ley, puesto que son seres iluminados cuyas afirmaciones no admiten discusión. Son los dictadores de pacotilla los que deciden por el colectivo.

El individualismo (no, no es sinónimo de egoísmo) promueve que los individuos retengan el mayor poder de decisión posible sobre sus vidas, les ofrece opciones de entre las que tendrán que elegir las que mejor les parezca. Además exige que se hagan responsables por los éxitos o fracasos de sus decisiones. El individualismo otorga libertades al individuo, cuyos límites están definidos por las libertades de los otros. Es a lo que se llama derechos y obligaciones. El Estado se encarga de garantizarle sus derechos fundamentales.

Nuestros mandatarios ponen los derechos colectivos por encima de los individuales porque ellos admiran y promueven los regímenes socialistas, que son colectivistas y totalitarios.

Sinceramente yo no creo que los bolivianos estemos interesados en ser oprimidos por un totalitarismo “bienintencionado” Porque además todas las dictaduras siempre han proclamado sus “buenas intenciones” para con el pueblo, pero nunca en la historia le han brindado felicidad.

Yo prefiero ser libre en un Estado liberal, que ser el esclavo de su “paraíso” socialista.

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