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jueves, 27 de diciembre de 2007

Para este 2008

Antes que nada: Que nos restauren el Tribunal Constitucional como única instancia de protección contra los posibles abusos del Estado y sus leyes. Pero que no lo hagan de manera tramposa (nombrando tribunos mediante decretazos, evitando que la oposición sesione, o presionándolos con cercos estúpidos) sino concertando con la oposición para elegir ciudadanos que solo respondan a la justicia y la constitucionalidad.

Que nuestras necias elites entiendan que "diálogo" no es una palabra vacía. Que aprendan que el primer requisito para iniciar un diálogo es que ambas partes admitan que pueden estar equivocadas y, por lo tanto, estar dispuestas a retroceder en muchas decisiones, mirando hacia la posibilidad de avanzar juntos. Decir no voy a retroceder ni un centímetro, pero si quieren charlamos no es predisposición real para pacificar la situación, es solamente una postura que busca resultados mediáticos. Es decir, es una impostura.

Que nuestro Vicepresidente mire bien el camino recorrido antes de volver a abrir la boca. No puede quejarse de que el estatuto autonómico no haya sido conversado o elaborado por "todos" cuando es precisamente ese "todos" el que no existió en la elaboración del texto constitucional del gobierno. No puede ser que después de haber sido asesor e impulsor de los movimientos sociales, hasta haberlos hecho llegar al gobierno, se queje porque hoy otros ciudadanos se organizan para protestar en las calles. Es absurdo oírle clamar por el respeto a la ley, cuando sus propios "compañeros" han transgredido amparos constitucionales (tema capitalidad), derechos constitucionales básicos (tomas de tierras, cerco al senado), las leyes de la constituyente (eliminación de los dos tercios, cambios de cede, convocatorias sorpresa) y un sinnúmero de otras acciones que casi han echado por tierra las viejas reglas de juego del Estado de Derecho, y han impuesto unas nuevas, basadas en ¿cuánta gente puedes movilizar? ¿cuánto puedes bloquear? y ¿qué tan violento puedes ser? Y que están siendo asumidas progresivamente por el resto del país, llevándonos al desorden y a la desesperanza.

El Presidente habla mucho de dignidad, pero les ha hecho creer, lloriqueos mediante, a ingenuos como Lula, que antes de estar en el poder solíamos escupir a los indios y que nuestros Presidentes eran rubios de ojos azules. ¡Por favor! Que cualquier extranjero bocafloja que desee hablar sobre Bolivia compre un libro de historia boliviana antes de parlotear. La democracia de nuestra nación, hasta el año 2005, se transformó en una de las más incluyentes del planeta, más que las de Brasil y Estados Unidos, puesto que en ninguno de estos dos países (muy respetables por supuesto) ha habido hasta hoy un presidente negro. Si se trata de inclusión por el maldito tema del color de piel, no me cansaré de decirlo, Juan Evo Morales Ayma es la prueba viviente de que en Bolivia no hemos sido excluyentes. Dejar de utilizar políticamente las diferencias de la pigmentación dérmica, sería un gran paso para iniciar la distensión y pacificación del país.

El Presidente tiene que entender que, en general, los que le hemos estado criticando gran parte del año, no lo hacemos por su cara, por su color, por su apellido (menos yo), por su forma de hablar, ni por nada de lo que él declara a la prensa. Hemos estado criticando políticas y actitudes que nos parecen erróneas. Por su tufillo autoritario y vengativo, por su poca predisposición a dialogar y a hacer política, por malgastar absurdamente la oportunidad de ser nuestro Presidente, el Presidente de "todos"

Que sus asesores sean menos cobardes, que le digan la verdad de lo que se ve en las calles, la hostilidad entre bolivianos, los precios altos en los mercados. Que le digan que la mayoría de los bolivianos, los que le apoyan y los que no, preferiríamos verle a él, a los ministros, al Vicepresidente, a los cívicos, a los Prefectos, a los líderes sindicales y políticos, sentados durante el tiempo que deseen (meses o más si hace falta) en una misma mesa, diseñando un país para todos. Verlos cumplir con sus obligaciones, y no dejárnoslas para que las resolvamos en las calles. Si necesitan tomarse unos tragos para romper el hielo, generar confianza y amistad, háganlo. Pero repito, la base para iniciar ese diálogo es estar dispuestos a retroceder cuanto sea necesario.

Y finalmente: Que haya cada vez más y más personas que manden a callar a Hugo Chávez. Que pierda todos los referendums y que le vaya muy mal en su locura megalómana de encabezar un pseudoimperialismo absurdo.

Composición gráfica: rodr160.blogspot.com

jueves, 20 de diciembre de 2007

Soluciones, no parloteo

Yo le propondría al Presidente dejar de parlotear sobre la soberanía del pueblo y su derecho a la libre determinación, y asumir, con un espíritu democrático, prácticas orientadas a conseguir lo que tanto discursea.

Si el Presidente fuera más lógico (léase menos irracional) asumiría sin complejos que Bolivia está dividida en dos. Dos visiones distintas de cómo combatir los males (principalmente económicos) y conseguir el bienestar de la gente. Y precautelando la supuestamente sagrada unidad del país, evitaría continuar con sus intentos de imponer al conjunto de la ciudadanía la solución indigenista al problema.

Si el Presidente y sus asesores se preocuparan tan solo un poco por mantener la unidad nacional y la convivencia pacífica, harían todo lo necesario y humanamente posible por articular, junto con los opositores (y no me refiero solo a UN y Podemos), una solución que englobe la mayor parte de demandas posibles (cívicas, regionales, indígenas, urbanas, rurales, etc…) Sí, precisamente lo que intentó hacer Carlos Mesa, pero todo el mundo se le echó encima por "equilibrista" y lo que necesitamos hoy es un buen equilibrista.

¿Cómo lograrlo? La solución está frente a ellos, pero no les da la gana de verla. Lo que tenemos que hacer es optar por el federalismo (no, no es nada terrorífico ni implica la división de Bolivia) Hay en el mundo muchos países con formas de Estado federal y no se han dividido ni nada por el estilo, lo que han conseguido es vivir pacíficamente respetando sus peculiaridades regionales y autogobernándose de acuerdo a las especificaciones de cada estado federado.

Tenemos que redactar una constitución muy general (estilo norteamericana) que englobe los principios más básicos de convivencia en sociedad, la forma de organización del poder central, y nada de normas específicas.

Declarar a todos los departamentos "departamentos federales" (si no nos gusta la frase "Estado federal") y permitir (dentro del principio de soberanía y autodeterminación de los pueblos) que cada uno diseñe sus propias normas para establecer tratamientos especiales en regímenes económicos departamentales, de tierras, descentralización a través de autonomías, etc…

Cada departamento, a través de sus normas propias, le imprimiría a su forma de organización y administración la tendencia que requiera o prefiera su población. En La Paz, por ejemplo, se articularía un departamento federal con políticas de tendencia indigenista, mientras que en Santa Cruz la tendencia sería de corte liberal. Los paceños que no se sientan conformes con el estilo de las políticas asumidas por sus gobernadores siempre tendrían la posibilidad de trasladarse a una ciudad cuya forma de administración satisfaga sus expectativas, y lo mismo con los habitantes de Santa Cruz.

Dentro de cada departamento federal tendríamos la posibilidad de conformar pequeñas autonomías (que pueden ser indígenas) que también tendrían la posibilidad de asumir tendencias específicas de administración. Es decir 1. En el ámbito nacional, una constitución garante de derechos básicos y organizadora del poder nacional. 2. Debajo de la constitución, las normas departamentales con regulaciones más específicas y acordes con la cultura y los requerimientos de la población y 3. En el ámbito subregional unas formas de administración especiales para los pueblos que no han asimilado las departamentales (pues no podemos obligarles a hacerlo)

Esta idea no contradice para nada el afán de proteger la "sacrosanta" unidad del país, y más bien está orientada a conseguir la coexistencia pacífica entre bolivianos.

Lo que nos puede llevar a una confrontación sangrienta y, consecuentemente, a la división de Bolivia, son los delirios oficialistas de centralizar el poder supremo del Estado en un solo grupo político, destruir las instituciones de la democracia, imponer una visión única a un país plural, y continuar con el parloteo inútil mientras las salidas se desvanecen frente a nuestras narices.

Bolivia se desmorona. Reclamos: Gobierno del MAS

Más tardan en importar y transportar el diesel a los centros de distribución, que éste en acabarse y reiniciar una constante escasez que ya se ha vuelto una cruz para transportistas y productores. La verdad es que esto empezó a suceder cuando el Estado se hizo cargo del negocio.

La inflación hace mucho que se ha vuelto inocultable e, igual que anteriores gobiernos, el MAS, en primera instancia, se empeñó en negarla, luego admitió que era causada por el excedente de masa monetaria (dinero) en el mercado, pero luego se dieron cuenta de lo políticamente negativo de asumir la responsabilidad e iniciaron una absurda campaña para culpar a los productores del oriente. La verdad es que cualquier estudiante de economía sabe que si no se implementan políticas para incrementar la masa monetaria y la producción (la demanda y la oferta) simultáneamente, el resultado es la inflación. Es responsabilidad del gobierno.

Hace poco, Luís Arce Gómez ha revelado que Juan Ramón Quintana, el ministro "revolucionario" graduado en la Escuela de las Américas, habría sido el autor del asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz. ¿Paradójico no?

Pero los únicos fascistas no son el gobierno y sus Sectores Sociales, también los imbéciles de la UJC que golpean ciudadanos bolivianos cobardemente. El ministerio de gobierno, en lugar de castigar el hecho, lo va a utilizar para tratar de desvirtuar el movimiento ciudadano con cientos de huelguistas, verdaderamente pacífico y democrático, que está en marcha por la defensa de la justicia y la libertad. La verdad es que son más de la mitad de Bolivia, y no unos cuantos oligarcas como quieren hacernos creer.

En cuanto a la Asamblea Constituyente, odio decirlo, pero se los dijimos. Finalmente el monstruo, que debía haber muerto hace ya mucho tiempo, sobrevivió. ¡Pero cómo sobrevivió! En base a un sinfín de ilegalidades dignas de juicios de responsabilidades, a la generación de odios y enfrentamientos entre bolivianos, sobre la sangre de nuestros compatriotas Chuquisaqueños, diseñada a gusto y antojo de un gobierno que pretende quedarse en el poder indefinidamente, y aprobada de la forma más irrespetuosa e irresponsable. El texto que aprobaron sin lecturas, análisis ni consensos, le garantiza al MAS el ejercicio indiscriminado del poder sin "estorbos" opositores.

¿A quién debemos acudir para evitar todo este torrente de delitos, ilegitimidades y barbaridades? Al Tribunal Constitucional, pero (y esto también se lo advertimos) como fue muy eficientemente desactivado hace algunos meses, estamos legalmente indefensos ante las arbitrariedades de un gobierno insensato. Y como obviamente no van a ceder (algo que no entendió el ingenuo de Doria Medina) solamente quedan las medidas y movilizaciones que la constitución permite (desobediencia civil, bloqueos, huelgas, marchas, etc…)

El MAS intentó asestar golpes civiles a los prefectos de Cochabamba y Tarija, pero fueron tan ineptos e imprudentes que lo único que han logrado es perder a su prefecto de Chuquisaca, que hoy está en la clandestinidad, y que si no da señales claras de ponerse del lado de su región, seguro que tendrá que cambiar de residencia. La verdad es que la "media" luna ha crecido, se han sumado Chuquisaca y media Cochabamba, y todo gracias al gobierno y su incompetencia.

Los muertos, responsabilidad del gobierno, y que según Evo Morales nunca existirían, se aproximan a treinta. No hay diferencia con anteriores gobiernos, ni en la corrupción, ni en la violación de leyes, ni en la demagogia, ni en las promesas incumplidas, ni en los empleos no generados, en nada. Bolivia no cambia, y Evo solo cumple con sus amigos.

La soberanía boliviana no solo que está igual de mansillada que antes, sino que es violentada por ciudadanos que tratan a los bolivianos como a trapos de cocina. El Presidente debería habernos avisado que estar bajo las botas de alguien era imprescindible… de repente, las botas de los yankees nos hubieran parecido de mejor calidad y con mejor olor.

El Presidente ha pedido que descansemos por navidad. Presidente, la libertad implica responsabilidad, sabemos que usted no va a descansar… nosotros tampoco.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

¿Dónde está Dios?

En el artículo 110 del texto aprobado en el cuartel de la Glorieta dice: II. La información y las opiniones emitidas a través de los medios de comunicación social deben respetar los principios de veracidad y responsabilidad.

Si asumimos que Dios está sentado en la silla principal del palacio de gobierno, entonces no tenemos nada de qué preocuparnos ni nada por qué sospechar. Él, en su inmensa sabiduría y su infinito amor por la justicia, se encargará de decidir cuál es la verdad, esa verdad absoluta en base a la que todos los informadores y opinadores tendremos que actuar responsablemente.

Seguramente la verdad es lo que se dice en canal 7 y lo que se difunde a través de ABI. Y en ese caso, descubrir la mentira es muy fácil, todo lo que digan la oposición, los viles escribidores (como me han dicho por email) que piensan distinto o los periodistas que no dicen constantemente "Bolivia va bien" o "el gobierno lo hace bien" somos unos irresponsables mentirosos.

Pero como yo soy de los que creen que el único y verdadero Dios está en los cielos, me preocupo y sospecho, pues hay por ahí algún grupículo de personas que atribuyen las oposiciones y sus propias miserias y fracasos gubernamentales, a las diabólicas mentiras que se difunden a través de los medios, financiadas por el satánico imperio y por perversos movimientos como el partido popular de España y las transnacionales, entre otros.

Quiero recordarles a esos necios, y también a mis compatriotas, que en los últimos 25 años de democracia, gran parte de los actos de corrupción, los crímenes contra las personas, las ineptitudes y las incompetencias, los negociados y las muertes, las mentiras y las contradicciones de nuestros gobernantes, han sido reveladas y/o difundidas por los medios de comunicación. De no ser por los medios, nos habrían podido ocultar innumerables asquerosidades de la política durante años, y habrían perpetrado muchas más sin el temor a que fueran difundidas por ellos.

No hay que olvidar la cobertura completa que se le dio a todos los conflictos que vivimos desde la "guerra del agua" hasta hoy, a los casos de corrupción (BancoVínculos, ChitoChatarra, VisasChinas, Manuel Morales y los contratos petroleros irregulares, etc…) a las violaciones a nuestra soberanía (desde el operativo "Refugio Seguro" en Santa Ana del Yacuma hasta los aterrizajes misteriosos de Chávez y sus militares en Trinidad) y un sinfín de casos mas.

Hay que recordar que el gobierno de Sánchez de Lozada, en octubre del 2003, hizo desaparecer una edición del semanario Pulso, en cuya primera plana se destacaba la necesidad de que el Presidente renuncie. Se puede hablar de que la energía con la que algunos medios critican es mayor o menor dependiendo de cada uno, la relevancia que le dan a ciertas noticias siempre dependerá de su política editorial. Pero de ninguna manera se los puede acusar de mentir.

Creo que igual que a Sánchez de Lozada en algún momento le molestó la existencia de los medios, hoy al la gente del gobierno también le molesta. Y en este artículo del vergonzoso texto constitucional que nos proponen, veo que se pone en peligro la posibilidad de que los bolivianos continuemos contando con unos medios que, aunque lejos de ser perfectos, si no nos han salvado de ser sorprendidos en situaciones muy incomodas e inconvenientes, por lo menos nos lo han hecho saber en el menor tiempo posible (el tiempo que les tomó enterarse de ello)

Por supuesto que siempre existe la posibilidad de que alguien utilice algún medio irresponsablemente, pero para eso existe la ley de imprenta y, en última instancia, las leyes ordinarias.

Insisto, Dios no está en el palacio de gobierno, por lo tanto no existe nadie con la autoridad y sabiduría suficientes para decidir cuál va a ser la verdad absoluta para todos los bolivianos. Es mejor que cada ciudadano, con su capacidad de discernimiento, elija a qué medios creer y a cuáles no. Y debemos reconocer su labor, que ha sido fundamental para la consolidación de una democracia más transparente.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Gracias hermanos venezolanos!!!

Venezuela le dijo NO a una constitución que la habría dejado con muy pocas libertades.
Venezuela le dijo NO a la posibilidad de que cualquiera, sea Chávez u otro, cuente con el andamiaje legal para perpetuarse en el poder.
Venezuela le dijo NO a la política y al discurso que generan violencia entre hermanos.
Venezuela le dijo NO a un gobierno que hace lo diametralmente opuesto al pensamiento de Bolívar.

Gracias Venezuela!!!