En sus afanes por conseguir sus metas, en su deseo de eliminar al adversario o simplemente por sus ánimos guerreros, casi todos los movimientos políticos y hasta ciudadanos están cometiendo un monumental error, a saber, atacar la institucionalidad sin ton ni son, y sin meditar en las consecuencias que ello podría acarrear a mediano y largo plazo.
Las cortes electorales, por ejemplo, están siendo acosadas por las más disímiles demandas provenientes de todos lados. Que si tienen que seguir adelante con el referéndum revocatorio, que si tienen que rechazarlo, que si continúan les vamos a demandar, que si lo detienen serán enjuiciados. Hemos llegado al absurdo antidemocrático y fascista de amenazarlas con ser tomadas por movimientos sociales si se pronuncian contra el referéndum revocatorio, y ni que decir de las muchas amenazas y sugestivas llamadas que estarán recibiendo, entre anónimas y no anónimas, de gentes que les piden renunciar, pronunciarse, o quién sabe cuantas cosas más. Pobres quienes, en un momento en que la institucionalidad (la poca que queda) estorba a veces a unos y otras veces a los otros, tratan de defenderla desde el fondo de sus conciencias.
Yo creo en la honestidad de la mayor parte de los vocales de las cortes electorales… para ser más claro, debo decir que solamente dudo de la integridad del señor Exeni. Pero la duda sobre una persona no es suficiente para que destruyamos y ataquemos la institución, y menos aun si ésta esta compuesta por muchas personas, cuya integridad no está en duda. Entonces, creo que debemos exigir que todos, oficialistas y opositores, dejen en paz a las cortes electorales.
Otra estupidez es la cometida por el gobierno al atacar a la magistrada Salame del Tribunal Constitucional. El ministro es estúpido cuando vierte criterios tan irracionales contra ella, y es doblemente estúpido porque no se da cuenta (o tal vez si) de que en realidad está atacando, desde el Estado, a un órgano fundamental del mismo. A estas alturas sería ingenuo pensar que al MAS le importa en algo la institucionalidad ¡si fueron ellos los que descabezaron al Tribunal Constitucional! Son ellos, los que desde el Estado, están destruyendo al Estado. Pero valga la redundancia, porque la hago deliberadamente y con mucho gusto, el ministro es un estúpido de atar.
Si al MAS y a sus aliados Podemos y UN les interesara el retorno a la legalidad, si de verdad estuviesen preocupados por la constitucionalidad, ya habrían nombrado a los miembros faltantes del Tribunal Constitucional. Pero seamos sinceros, a los únicos a los que nos interesan esas cosas, es a los ciudadanos que no tenemos ningún poder para conseguirlas. Eso es, por supuesto, obvio ¿para qué sirven las constituciones? Para limitar el poder del Estado, y por lo tanto de los políticos ¿Quién se hace cargo de velar por que la Constitución se cumpla a cabalidad, y por lo mismo, porque el poder de los políticos sea efectivamente limitado? El Tribunal Constitucional. Entonces, es como pedirles a los ratones que ellos mismos busquen un gato para la casa; lo harán, por supuesto, el día que la luna sea de queso.
Otros estúpidos son los responsables del retraso del proceso autonómico cochabambino ¿quiénes son? El Comité Interinstitucional. Se que a muchas personas de dentro del Comité les molestará que generalice de esa forma, pero si les molesta lo suficiente, tienen que ser capaces de decir claramente, con nombres y apellidos, quiénes son los responsables de que se esté jugado con la ilusión de decenas de miles de cochabambinos que firmamos por un nuevo referéndum autonómico, tratando de utilizar los libros para favorecer sus intereses personales, pretendiendo utilizar la bandera autonómica, pero sobre todo y más grave, guardándose los libros firmados por ciudadanos, para fortalecer, consolidar o posicionar una candidatura para las elecciones municipales o prefecturales.
A ver si se enteran muchachos, toda esa porquería de maniobras políticas, falta de respeto a la ciudadanía, y deshonestidad, entre otras cosas, han sido el caldo de cultivo para el nacimiento del MAS, que reproduce, no peor, sino exactamente igual los mismos vicios. Es facilito, mientras el comportamiento deshonesto y politiquero continúe, el MAS continuará; mientras ningún político muestre que tiene la talla de estadista, de los que dicen la verdad incluso a costa de su popularidad, de los que creen en algo y lo defienden incluso cuando no está de moda hacerlo, Evo Morales continuará. Las oposiciones tienen el oficialismo que merecen, después no se quejen.
Las cortes electorales, por ejemplo, están siendo acosadas por las más disímiles demandas provenientes de todos lados. Que si tienen que seguir adelante con el referéndum revocatorio, que si tienen que rechazarlo, que si continúan les vamos a demandar, que si lo detienen serán enjuiciados. Hemos llegado al absurdo antidemocrático y fascista de amenazarlas con ser tomadas por movimientos sociales si se pronuncian contra el referéndum revocatorio, y ni que decir de las muchas amenazas y sugestivas llamadas que estarán recibiendo, entre anónimas y no anónimas, de gentes que les piden renunciar, pronunciarse, o quién sabe cuantas cosas más. Pobres quienes, en un momento en que la institucionalidad (la poca que queda) estorba a veces a unos y otras veces a los otros, tratan de defenderla desde el fondo de sus conciencias.
Yo creo en la honestidad de la mayor parte de los vocales de las cortes electorales… para ser más claro, debo decir que solamente dudo de la integridad del señor Exeni. Pero la duda sobre una persona no es suficiente para que destruyamos y ataquemos la institución, y menos aun si ésta esta compuesta por muchas personas, cuya integridad no está en duda. Entonces, creo que debemos exigir que todos, oficialistas y opositores, dejen en paz a las cortes electorales.
Otra estupidez es la cometida por el gobierno al atacar a la magistrada Salame del Tribunal Constitucional. El ministro es estúpido cuando vierte criterios tan irracionales contra ella, y es doblemente estúpido porque no se da cuenta (o tal vez si) de que en realidad está atacando, desde el Estado, a un órgano fundamental del mismo. A estas alturas sería ingenuo pensar que al MAS le importa en algo la institucionalidad ¡si fueron ellos los que descabezaron al Tribunal Constitucional! Son ellos, los que desde el Estado, están destruyendo al Estado. Pero valga la redundancia, porque la hago deliberadamente y con mucho gusto, el ministro es un estúpido de atar.
Si al MAS y a sus aliados Podemos y UN les interesara el retorno a la legalidad, si de verdad estuviesen preocupados por la constitucionalidad, ya habrían nombrado a los miembros faltantes del Tribunal Constitucional. Pero seamos sinceros, a los únicos a los que nos interesan esas cosas, es a los ciudadanos que no tenemos ningún poder para conseguirlas. Eso es, por supuesto, obvio ¿para qué sirven las constituciones? Para limitar el poder del Estado, y por lo tanto de los políticos ¿Quién se hace cargo de velar por que la Constitución se cumpla a cabalidad, y por lo mismo, porque el poder de los políticos sea efectivamente limitado? El Tribunal Constitucional. Entonces, es como pedirles a los ratones que ellos mismos busquen un gato para la casa; lo harán, por supuesto, el día que la luna sea de queso.
Otros estúpidos son los responsables del retraso del proceso autonómico cochabambino ¿quiénes son? El Comité Interinstitucional. Se que a muchas personas de dentro del Comité les molestará que generalice de esa forma, pero si les molesta lo suficiente, tienen que ser capaces de decir claramente, con nombres y apellidos, quiénes son los responsables de que se esté jugado con la ilusión de decenas de miles de cochabambinos que firmamos por un nuevo referéndum autonómico, tratando de utilizar los libros para favorecer sus intereses personales, pretendiendo utilizar la bandera autonómica, pero sobre todo y más grave, guardándose los libros firmados por ciudadanos, para fortalecer, consolidar o posicionar una candidatura para las elecciones municipales o prefecturales.
A ver si se enteran muchachos, toda esa porquería de maniobras políticas, falta de respeto a la ciudadanía, y deshonestidad, entre otras cosas, han sido el caldo de cultivo para el nacimiento del MAS, que reproduce, no peor, sino exactamente igual los mismos vicios. Es facilito, mientras el comportamiento deshonesto y politiquero continúe, el MAS continuará; mientras ningún político muestre que tiene la talla de estadista, de los que dicen la verdad incluso a costa de su popularidad, de los que creen en algo y lo defienden incluso cuando no está de moda hacerlo, Evo Morales continuará. Las oposiciones tienen el oficialismo que merecen, después no se quejen.
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