Y no necesito otro. Para ser exacto, al ser creyente, considero que tengo dos papás: el celestial, que me hizo absolutamente libre, por lo que no admito que ningún mortal que quite esa libertad; y el terrenal, un buen hombre y honrado coronel de ejército que puso sus reglas cuando era yo menor de edad, y que me dio mi libertad al madurar.
Pero ahora resulta que unos burócratas metiches me obligan a aportar mi dinero para construir campos deportivos y promover el deporte. ¿Me preguntaron si me interesa invertir en esas cosas?, claro que no. Como de costumbre, el Estado está ahí para vulnerar los derechos y la libertad de la gente, definiendo arbitrariamente lo que es bueno y lo que es malo para uno, y robándonos el dinero que con tanto esfuerzo logramos ganar.
Me refiero al proyecto de Ley presentado por Evo Morales el día lunes, por el que se va a elevar el impuesto a los cigarrillos y bebidas alcohólicas para destinar esos recursos a la promoción del deporte.
"A veces nos sentimos huérfanos económicamente para apoyar a los atletas, a los deportistas, pero también para campos deportivos, además de hacer eventos deportivos" ha dicho Morales. Pero no entiendo de qué orfandad hablan, si tienen a su disposición el dinero de los hidrocarburos, de las telecomunicaciones, fundiciones, refinerías, electricidad, etc. por lo que no hay por qué exprimir más al ciudadano trabajador, robándole el dinero de su esfuerzo con más impuestos.
“A la juventud se aleja de la perversión mediante el deporte" también ha dicho el Presidente. Eso debería decirle a su amigo Maradona, que aunque muy campeón del fútbol, no pudo alejarse de la “perversión” del consumo de drogas. También hay por ahí algunos presidentes, que aprovechan el fútbol para propinarles rodillazos en los genitales a los adversarios que les hacen enojar. Eso me parece una perversión.
El caso es que yo no necesito un papá Estado que me obligue a aportar dinero para una actividad que me parece absurda. Porque el fútbol me parece absurdo, no me gusta, y creo que tengo el derecho a ser consultado si es que se pretende que yo aporte para semejante ridiculez. Soy fumador, y tampoco me interesa tener un papá Estado que me diga si eso me hace daño o no, ni que pretenda disuadirme de hacerlo a través de la elevación de los impuestos. Ese es mi problema, mi libertad de elegir y decidir.
Algún día los ciudadanos se darán cuenta de que los impuestos no son más que un robo disfrazado de patriotismo. Son lo equivalente a quitarle a un individuo su billetera, sacarle su dinero, y destinarlo a una “buena causa”. Sigue siendo un robo ¿Quién dice que no hay ladrones que invierten sabiamente y en causas nobles el resultado de sus fechorías? Y no por eso vamos a justificar los asaltos.
Aunque ciertos vicepresidentes que participaron en asaltos a ciertas remesas de la U.M.S.S., también usaron el justificativo tonto de que el dinero era requerido para la “buena causa” de la revolución. Sigo creyendo que el robo es robo, sin importar las nobles causas que se esgriman en su favor, y sin interesar si quien lo comete es un ladrón de la calle o un burócrata del Estado.
La eliminación de los impuestos es una forma de ser libres, y una de las mejores para combatir la inflación, pues lo sueldos no se ven reducidos cuando el Estado viene a cobrar su tajada mal habida, y los productos bajan de precio porque ya no pagan impuestos ni aranceles a la importación. Los impuestos son un robo y son señales de servidumbre, porque el Estado nos obliga a trabajar para él.
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