Hemos llegado al siglo XXI con increíbles avances tecnológicos y científicos, al punto de que en tarjetas de un tamaño menor al de la uña de mi dedo pulgar podemos almacenar datos equivalentes a dos mil y más de lo que se podía guardar en los viejos diskettes de finales de los 80´s. Y mientras ¿nos dicen que la única manera de construir una carretera es destruyendo un Parque Nacional?
Japón y otros países superpoblados del mundo le ganan territorio al mar, construyendo viviendas donde antes hubiera sido impensable. Pero nosotros ¿no podemos dejar de pensar como tercermundistas, y pretendemos alcanzar desarrollo a costa de aniquilar especies y ecosistemas enteros?
¿Cuál defensa del medio ambiente?, ¿cuál Constitución avanzada con derechos de naciones indígenas? Todas son payasadas a la hora de poner en práctica lo que supuestamente predicamos. Y más payasadas cuando se trata de justificarlo.
¿Pretenden que creamos que la “derecha”, el imperialismo, Manfred, Sánchez Berzaín, USAID, las ONG’s y los ambietlistas son culpables por su torpeza de pretender silenciar una marcha indígena por la fuerza de la represión?, ¿quién de ellos es el que ejerce un control mental tan poderoso sobre las autoridades de gobierno que dieron la orden?
Evo Morales, en la reciente Cumbre Iberoamericana declara que la “derecha” utilizó a los indígenas, pero su virrey (así le dicen en el oriente) Quintana declara que los indígenas le vendieron una gran mentira al país. ¿Creen que los bolivianos somos tan bobos como para no poder distinguir, en primer lugar, una minoría vulnerable (los indígenas) cuyos derechos están siendo desconocidos y que está siendo víctima de los abusos del poder y, en segundo lugar, lo que significa la construcción de una carretera por la mitad de una reserva ambiental?
Y mientras continúan con la charada de victimizarse y satanizar al resto, vienen con el simplismo de dividir a los cochabambinos entre los que no quieren carretera y reniegan del desarrollo del Departamento, y los “valientes y patriotas” cocaleros que sí lo quieren. ¡No señores! esa es otra payasada más.
Cochabamba no sólo quiere, sino que merece tener las dos cosas: Una carretera que nos una con el Departamento del Beni y también nuestro parque nacional íntegro. Y no tenemos por qué conformarnos con menos.
Cualquier oferta que descarte alguna de las dos cosas no es más que un reflejo de la incompetencia gubernamental, o de su estrechez mental, que viene a ser igual de patético. Todas las monumentales obras salidas del ingenio humano, y dispersas alrededor del planeta, demuestran que sí es posible lo que pedimos.
Queremos y apoyamos un proyecto de carretera por una vía alternativa ecológica. Creo que es el momento de que los representantes y las instituciones del pueblo cochabambino se pronuncien al respecto.
Gobernador, Alcaldes, concejales, asambleístas, empresarios, trabajadores, profesionales, clases medias ¿creen que es imposible diseñar una carretera respetando los derechos de las naciones indígenas y el medio ambiente?, ¿no han oído hablar del túnel que cruza el Canal de la Mancha, uniendo Francia con Inglaterra? Es un túnel de 35 minutos de recorrido por debajo del mar que fue abierto el 6 de mayo de 1994 ¡hace 17 años! Y nosotros pretendemos destruir un Parque Nacional ¡por Dios!
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