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jueves, 5 de julio de 2007

Los políticos y la soberanía selectiva

La injerencia de Estados Unidos siempre fue notoria. No hay que olvidar las penosas declaraciones del ex embajador norteamericano Manuel Rocha durante la campaña presidencial del año 2002, que sirvieron para que Evo Morales, de un respetable tercer puesto, ascendiera a un comodísimo segundo lugar.

Entonces Evo Morales Ayma era un gran defensor de la soberanía nacional. Y en parte, una de las cosas que esperaban quienes votaron por él era un serio cambio respecto de ese tema. No las cuasi declaraciones de guerra que discursea su amigo Chávez (porque ese es una banda presidencial con boca) pero una relación dentro del marco del respeto mutuo, como Estados iguales ante la comunidad internacional, con intereses comunes y contradictorios, pero capaces de tener relaciones cordiales avanzando en los temas que nos convengan a ambos.

Posteriormente, en la campaña presidencial del año 2005, Chávez anuncia su preferencia por el candidato Morales. Es cuando surge ¡oh sorpresa! Un nuevo defensor de la soberanía nacional, nada más y nada menos que Jorge Quiroga Ramírez, después de años de no decir nada respecto de la injerencia norteamericana, se sentía ofendido por el apoyo chavista a Evo Morales.

Hoy, y ante la clara actitud hostil del gobierno del MAS frente a los Estados unidos, finalmente la embajada estadounidense tiene un perfil bajo dentro del Estado boliviano. Pero no nos libramos de las injerencias extranjeras, ahora es el amigo del presidente quien tiene sus narices siempre dentro de nuestros asuntos ¿Dónde quedó Juan Evo Morales Ayma defensor de la soberanía nacional?... pues está ahí, en palacio de gobierno, contentísimo de tener al todopoderoso Chávez de mentor. Porque Evo ya ha dicho que admira a Chávez y a Castro, y esa admiración lógicamente conlleva a la imitación.

Imitación que obviamente nos lleva a pensar que el Presidente sueña con hacer de Bolivia una Cuba o una Venezuela. Paradigmas de libertad, riqueza, tolerancia y democracia que representan ambos países ¿verdad?

Creo que nos perdimos algo… es decir, cuando los ciudadanos votamos en las elecciones, generalmente lo hacemos por un plan, o por unas propuestas, o por una nueva actitud. Pero por lo visto aquí también se cumple la regla del manual táctico de Manolito (el personaje de Quino) “cuando un elector se traga un programa de gobierno, en realidad se traga dos, el que tú le estás ofreciendo y el que realmente se está tragando”

Como la soberanía que tanto defienden nuestros políticos es selectiva, posiblemente en los futuros foros y debates por las candidaturas presidenciales, tendremos que preguntar a los candidatos a qué país o a cuál presidente piensan que debería alinearse el Estado Boliviano.

Un caso similar se ha dado recientemente en la Asamblea Constituyente. Cuando el órgano ejecutivo se entromete (Presidente o Vicepresidente mediante) en los asuntos de la Asamblea, nadie dice nada. Pero cuando el órgano judicial les dice a los asambleístas que la aprobación de la visión de país no va, porque no se incluyó al constituyente Lazarte, aparecen Félix Cárdenas y todos los oficialistas para defender la sacrosanta soberanía de la Constituyente.

¡Por favor, en qué quedamos! O se entrometen todos o no lo hace nadie.

La soberanía de la Constituyente no implica que ésta pueda transgredir leyes, simplemente que los constituyentes debieron haber podido trabajar tranquilos y sin interferencias de nadie en la redacción del texto constitucional.

Nadie debió haber viajado a Sucre para decirles a los constituyentes cómo hacer su trabajo, qué tipo de constitución diseñar, qué textos aprobar. Pero ahí donde se viole una ley, ya sea en la constituyente, el las universidades autónomas o en los regímenes autonómicos departamentales, el órgano judicial tiene la obligación de intervenir.

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