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viernes, 15 de octubre de 2010

El Gobierno de Bolivia y el asalto a la libertad

La supresión de la posibilidad de que los lectores de las diferentes versiones electrónicas de los principales diarios del país puedan ingresar comentarios a las noticias o a las columnas editoriales y de opinión, así como el anuncio de que se realizará una “clasificación” de libros para saber si están dentro de la categoría de “racistas”, además de que ahora la gente tiene más temor de decir en voz alta lo que piensa, son las primeras consecuencias de la aprobación de la Ley antirracismo.

Y es que ahora ya no importa si suprimir la opción de comentarios en los sitios web de los periódicos es una restricción a la libertad que tenían todos los ciudadanos de criticar o apoyar sus lecturas, sus ideas o sus preferencias. Tampoco si los primeros libros que se ha anunciado censurar son los históricos escritos de Gabriel René Moreno y Alcides Arguedas, más allá de que estemos de acuerdo o no con sus ideas. Y menos interesa que no sólo la prensa, sino también los ciudadanos, hayan comenzado a cuidar lo que dicen y escriben.

El hecho es que el Gobierno ha comenzado a ensamblar el mecanismo necesario para establecer la verdad oficial, y para imponer la moral y la ética de los que mandan sobre toda la sociedad, penalizando las que pudieran no comulgar con las suyas.

Dos componentes más de este mecanismo son una ley que castigará los comerciales y escenas sexistas que se difundan por los medios de comunicación, y una nueva Ley del Trabajo que establecerá normas para regular medidas de protesta como las marchas y las huelgas.

Mientras este mecanismo totalitario es astuta, paciente y sistemáticamente ensamblado, siguen, dentro de la sociedad boliviana, silenciadas muchas voces cómplices conscientes de este error, pero que se niegan a manifestarse por conveniencia o por temor, y continúan los corifeos vociferantes cantando glorias para el Gobierno del cambio y para el líder espiritual de los oprimidos.

“Así muere la libertad, con un estruendoso aplauso.” Son las palabras que el personaje de una afamada saga de ciencia ficción pronunció al dársele poderes extraordinarios a un futuro emperador, y son las palabras con que podemos describir lo que sucede en Bolivia.

Este es el proceso de pérdida gradual de la libertad, que ya se veía venir desde hace mucho, pero que tantos ciudadanos, aún hoy, se negaron y se niegan a reconocer.

Escrito para el portal www.boliviademocratica.net

Debo confesar que estoy invadido por una mezcla de sentimientos: Por un lado, me emociona estar presenciando, en vivo, el proceso a través del que una sociedad pierde su libertad de manera gradual, y aún hay muchos que lo aplauden. Pero, por otro lado, me mata la impotencia. Porque esa sociedad es la mía, y no puedo hacer nada para evitarlo.

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