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martes, 5 de octubre de 2010

Evo Morales: El déspota enfurecido le da un rodillazo a un rival

Algo más que fútbol

Subeditorial de Los Tiempos, 5 de octubre.

“En el juego se conoce a las personas”, dice un conocido adagio popular. Y la frase puede hacerse extensiva a todo un aparato estatal cuando es éste, y no sólo una persona, el protagonista de un juego.


Lo dicho viene al caso porque lo ocurrido el pasado domingo en un partido entre el equipo presidencial y el de la Alcaldía paceña es algo que va más allá de lo estrictamente deportivo. Llega a ser toda una proclama política; toda una manifestación de la actitud que los personajes involucrados tienen ante sus rivales, ante las reglas del juego, ante las trampas, ante los árbitros o jueces y ante quienes se cruzan en su camino, así sea sólo para impedirles meter un gol.

En efecto, cuando durante una pausa en el juego un jugador se acerca sigilosamente a otro y aprovechando su distracción le propina un rodillazo en los testículos y cuando el árbitro ve esa falta pero no se atreve a sacar la tarjeta roja como muestra de respeto a la investidura del agresor, se puede sospechar que hay de por medio factores extra futbolísticos.

Tal sospecha se agrava si al finalizar el cotejo los agentes de seguridad del Estado deciden encarcelar a un jugador que tuvo el atrevimiento de jugar de igual a igual, sin discriminar ni positiva ni negativamente a su rival. Y cuando ya no queda ninguna duda es cuando al día siguiente gran parte del aparato gubernamental se moviliza para justificar lo ocurrido el día anterior.

Así, más que un espectáculo futbolístico, lo que se nos ha brindado es una muestra de los extremos a los que se puede llegar si no actúan oportunamente quienes todavía creen que es necesario y posible ponerle límites al abuso del poder.

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