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viernes, 3 de septiembre de 2010

Verdades de un Estado “pacifista”

Irán, ha dicho el Presidente Morales, es un Estado pacifista.

Irán es un Estado pacifista en el que la mujer no puede salir de casa sin el permiso y la compañia de un hombre, sea éste su marido, padre o hermano. Aún si sale de casa, nunca deberñá hacerlo sin el apropiado velo que le cubra el rostro, completando una indumentaria que oculta hasta el último de sus cabellos.

Irán es un Estado pacifista en el que las autoridades creen quie no hay que avergonzarse de golpear a la mujeres porque, en una oportunidad que éstas se habrían revelado, Mahoma habría autorizado a los hombnres a golpearlas para ponerlas en sus lugares.

Irán es un Estado pacifista que condena a muerte por lapidación a las mujeres que cometan adulterio, así como a quienes cometan el delito de beber alcohol, tráfico de drogas, asesinato, violación, sodomía o delitos políticos. Para ello, y para extender el sufrimiento al máximo, la ley dice que no deben usarse piedras demasiado grande scomo para que maten instantáneamiente, ni demasiado pequeñas como para que no sean consideradas piedras.

Irán es un Estado pacifista que considera al resto del mundo como un conjunto de infieles, por no seguir sus delirantes creencias. Es por eso que promueve la imposición de su particular interpretación del Islam en occidente, so pena de desaparecer del mundo a quienes se resistan.

Irán es un Estado pacifista que para lograr eliminar la infidencia occidental que ofende y enfrenta a Alá, alberga, promueve y prepara grupos terroristas que cumplan la misión divina de aleccionar a todos los infieles que siguen la satánica filosofía de la libertad, la tolerancia y el respeto de los derechos individuales.

El gobierno sabe muy bien del daño ecológico que va a causar la construcción de esa carretera, y también conoce perfectamente las propuestas alternativas planteadas para conectar los departamentos de Cochabamba y Beni –como la construcción de un tren que pase por encima de la selva, o la propuesta de carreteras que bordeen el parque- minimizando al máximo el daño ambiental potencial. Aún así, Evo Morales y su gobierno insisten en ignorar su propio discurso ambientalista, promoviendo un proyecto que va causar mucho daño al ecosistema del parque.

El gobierno también sabe que la construcción de dicha carretera va a causar la proliferación de colonizaciones de campesinos que deforestarán el parque y se dedicarán a sembrar coca, aprovechando la casi ausencia total de Estado por esas zonas; y también está consciente de que la nueva ruta que pretende abrir va a ser la herramienta perfecta para que grupos delincuenciales del narcotráfico y el terrorismo hagan su agosto, traficando y produciendo drogas libremente, depredando los bosques para habilitar pistas clandestinas, contaminando las aguas y las selvas con precursores para la fabricación de cocaína, asesinando y secuestrando individuos, y utilizando el territorio y las vías de comunicación abiertas para refugiarse y causar terror, inestabilidad e inseguridad.

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