Siguen resonando los rasgados de vestiduras por lo sucedido entre Palestina e Israel, gran parte del mundo civilizado e incivilizado, de los países que aun no nos definimos, e incluso la misma ONU, han protestado contra la “desproporción” de la defensa israelí (porque eso es lo que ha sido, una defensa) puesto que cerca de 20 muertos por los constantes ataques de Palestina (y en realidad Hamas) en suelo judío, frente a más de 300 en Palestina, han horrorizado y crispado las mentecitas de los hipócritas del mundo. A excepción de Estados Unidos, Alemania y (espero) algunas otras naciones, el resto del mundo se cree castizo y virginal, y con la suficiente moral como para recriminar a Israel por algo tan básico como el instinto de autodefensa de cualquier ser viviente.
Fue Hamas quien rompió el alto al fuego y quien ha estado atacando sistemáticamente a Israel con misiles y morteros ¿Qué esperaba el mundo? ¿Qué Israel se quede de brazos cruzados? ¿Algún país del mundo se quedaría impávido mientras recibe ataques de otro?
La diferencia, verdaderamente grande, entre la cantidad de muertos en Palestina e Israel no se debe a que Hamas haya tenido la intención de matar “poquitos israelíes”, sino simple y llanamente a que el armamento que usaron era tan pésimo que hasta alguno de sus proyectiles cayó en su propio territorio asesinando a su propia gente. Muy incauto sería quien no creyese que, de tener las posibilidades tecnológicas, logísticas y bélicas, no solo que Hamas mataría miles de judíos, sino que haría lo posible por hacer desaparecer Israel.
Otro factor que explica la desproporción del resultado, es que Israel está tan acostumbrado a los ataques de un sinnúmero de locos, que tienen mecanismos de detección y alerta de bombardeos para poner a su gente a buen recaudo, de tal forma que reducen las bajas al mínimo. Entonces, no es culpa de Israel, ni que Palestina no cuente con el armamento apropiado para realizar matanzas masivas más efectivas, ni que tampoco cuente con los mecanismos necesarios para evitar grandes pérdidas en caso de recibir respuesta a sus ataques. Se debe decir, además, que la respuesta de Israel fue contra lanzaderas de cohetes y carreteras, no contra blancos civiles como nos quieren hacer creer los hipócritas mundiales.
Por otro lado, lamento tener que contar entre los hipócritas también a los medios de comunicación, incluida CNN. Pareciera que pretenden decirnos que el “numerito” de apenas un par de decenas de muertos, no justifica una acción defensiva. El primer lugar, si verdaderamente vamos a condenar la violencia y el asesinato, los números no deben importar, porque no estamos hablando de piedras o de manzanas, estamos hablando de personas, de vidas humanas, y así sea una dos o veinte personas, el Estado de Israel no tiene por que admitir que sus ciudadanos sean asesinados por otra potencia y quedarse de brazos cruzados ¿O acaso nosotros lo haríamos? ¿O tal vez Brasil lo permitiría? ¿O algún país árabe? ¿O los puntillosos y castizos europeos? Y si de números se tratara, me gustaría que quienes critican tanto las diferencias numéricas me digan cuántos muertos justifican una acción de defensa ¿Quinientos muertos? ¿Diez mil? ¿Un millón? ¿Cuántos muertos debió esperar a tener Israel para defenderse?
Otro factor fundamental que se debe tener en consideración es que cuando hablamos de Hamas, estamos hablando de intolerancia y odio, no de unos querubines celestiales. El mismo tipo de matones que apagaron la vida de Benazir Bhutto hace casi un año, después de que ella regresara del exilio y hablara contra el terrorismo y a favor de la democracia. Aquí me perece muy propicia la sentencia de Popper de que “La tolerancia no debe llegar a los intolerantes, porque entonces se elimina a si misma como posibilidad real de existencia”
Esta opinión no pretende justificar la violencia por la violencia, pero si justifica la defensa de la vida, la libertad y la paz, aunque sea a través de la guerra. Y si a alguien le pareció que en algún párrafo había algo de sarcasmo, es porque las reacciones han sido tan hipócritas y estúpidas, que parecía necesario explicar los porqués como si tuviéramos cinco años.
Fue Hamas quien rompió el alto al fuego y quien ha estado atacando sistemáticamente a Israel con misiles y morteros ¿Qué esperaba el mundo? ¿Qué Israel se quede de brazos cruzados? ¿Algún país del mundo se quedaría impávido mientras recibe ataques de otro?
La diferencia, verdaderamente grande, entre la cantidad de muertos en Palestina e Israel no se debe a que Hamas haya tenido la intención de matar “poquitos israelíes”, sino simple y llanamente a que el armamento que usaron era tan pésimo que hasta alguno de sus proyectiles cayó en su propio territorio asesinando a su propia gente. Muy incauto sería quien no creyese que, de tener las posibilidades tecnológicas, logísticas y bélicas, no solo que Hamas mataría miles de judíos, sino que haría lo posible por hacer desaparecer Israel.
Otro factor que explica la desproporción del resultado, es que Israel está tan acostumbrado a los ataques de un sinnúmero de locos, que tienen mecanismos de detección y alerta de bombardeos para poner a su gente a buen recaudo, de tal forma que reducen las bajas al mínimo. Entonces, no es culpa de Israel, ni que Palestina no cuente con el armamento apropiado para realizar matanzas masivas más efectivas, ni que tampoco cuente con los mecanismos necesarios para evitar grandes pérdidas en caso de recibir respuesta a sus ataques. Se debe decir, además, que la respuesta de Israel fue contra lanzaderas de cohetes y carreteras, no contra blancos civiles como nos quieren hacer creer los hipócritas mundiales.
Por otro lado, lamento tener que contar entre los hipócritas también a los medios de comunicación, incluida CNN. Pareciera que pretenden decirnos que el “numerito” de apenas un par de decenas de muertos, no justifica una acción defensiva. El primer lugar, si verdaderamente vamos a condenar la violencia y el asesinato, los números no deben importar, porque no estamos hablando de piedras o de manzanas, estamos hablando de personas, de vidas humanas, y así sea una dos o veinte personas, el Estado de Israel no tiene por que admitir que sus ciudadanos sean asesinados por otra potencia y quedarse de brazos cruzados ¿O acaso nosotros lo haríamos? ¿O tal vez Brasil lo permitiría? ¿O algún país árabe? ¿O los puntillosos y castizos europeos? Y si de números se tratara, me gustaría que quienes critican tanto las diferencias numéricas me digan cuántos muertos justifican una acción de defensa ¿Quinientos muertos? ¿Diez mil? ¿Un millón? ¿Cuántos muertos debió esperar a tener Israel para defenderse?
Otro factor fundamental que se debe tener en consideración es que cuando hablamos de Hamas, estamos hablando de intolerancia y odio, no de unos querubines celestiales. El mismo tipo de matones que apagaron la vida de Benazir Bhutto hace casi un año, después de que ella regresara del exilio y hablara contra el terrorismo y a favor de la democracia. Aquí me perece muy propicia la sentencia de Popper de que “La tolerancia no debe llegar a los intolerantes, porque entonces se elimina a si misma como posibilidad real de existencia”
Esta opinión no pretende justificar la violencia por la violencia, pero si justifica la defensa de la vida, la libertad y la paz, aunque sea a través de la guerra. Y si a alguien le pareció que en algún párrafo había algo de sarcasmo, es porque las reacciones han sido tan hipócritas y estúpidas, que parecía necesario explicar los porqués como si tuviéramos cinco años.